Una de las características salientes de los edificios de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, es el coronamiento en cúpulas, torres y mansardas. La cúpula era elegida como remate por su «fuerza expresiva»; convirtiéndose no sólo en un símbolo reconocible de la ciudad, sino también de la suntuosidad de la burguesía argentina que detentaba el poder nacional. Basta con hacer un alto y alzar un poco la vista para descubrir magníficos detalles de la arquitectura porteña: un cielo salpicado de cúpulas de diversos tamaños y formas que coronan históricos y centenarios edificios. Quienes las descubren, quedan impactados.