Un tigre parece que pide chocarlas, darle los cinco dedos a un visitante en Hagenbeck Zoo en Hamburgo, Alemania. De acuerdo con los trabajadores de dicho zoológico,no hay nada que le guste más a esta tigresa de dos años llamada Maruschka que interactuar y jugar con los visitantes. En este caso, se le vio poner su pata en el cristal de su jaula ofreciendole a un padre y su joven familia un saludo. Y el padre no decepcionó a la tigresa ya que puso su mano del otro lado del cristal.