* Hay un rechazo mayoritario a su gestión, con un 71% de voto opositor al PRI.
* Uso indebido de programas sociales para inducir al voto, maña usada por ese partido.
Es una gran falsedad que el presidente Enrique Peña Nieto diga que el PRI ganó una mayoría en la Cámara de diputados como resultado del “desempeño económico positivo” de su gobierno, señaló Marko Cortés, diputado electo del Partido Acción Nacional.
No hay ningunos “logros económicos” que haya alcanzado el gobierno de Peña y que los ciudadanos hayamos salido a aplaudir a través del voto el pasado 7 de junio.
Antes bien, el voto que recibió el PRI de Peña Nieto en los comicios recientes habla de un serio rechazo ante el daño que causó su tóxica reforma fiscal, que llevó hacia el desempleo y la pobreza a miles de mexicanos, dijo Cortés.
El crecimiento económico ha sido realmente enano, de alrededor del 2% anual, y no vemos ningunos índices positivos que se hayan traducido en mejorías para el bolsillo de las familias.
Las declaraciones hechas por Peña dan cuenta de que desea engañar a los ciudadanos, ya que el PRI sólo puede tener una mayoría en San Lázaro debido a sus alianzas con el PVEM y Nueva Alianza.
El (PRI) de Peña Nieto lo que ha hecho es inyectar fondos de manera indiscriminada al PVEM, aún sabiendo que eso significaba violar las leyes electorales, vulnerar la voluntad de la población y traer al presente las mañosas prácticas del (PRI) de siempre.
De esa forma, Peña Nieto quiso burlar la intención mayoritaria de los mexicanos de castigar al PRI.
La alianza PRI-PVEM permitió que esa dupla de pésimos partidos se hicieran de espacios y que no se les haya podido computar la sobre representación, lo cual del mismo modo es también una absurda burla a la ley, apuntó el panista michoacano.
Por ello, resulta ofensivo que Peña alegue presuntos avances económicos reconocidos en las urnas, cuando sabe que su partido sólo obtuvo el 29 % de voto de los mexicanos. 71% de los electores no votó por Peña Nieto, ni por el PRI.
El (PRI) sólo pudo obtener diputaciones a través de sus tristemente célebres prácticas de compra de votos y credenciales, y por su estructura de movilización, que opera en la modalidad de “pago por evento”.