El debate de los candidatos a gobernador, registró una superación, pero ninguna prueba para dejar fuera de simpatías a ninguno. El del PRD, Silvano, mejor se hizo como que la virgen le hablaba, cuando pudo haber señalado que no es lo mismo actuar solamente hablando, que tratando de ayudar aún a base de créditos, a la inmensidad de necesidades.
Quien pese a tener alguna posición en cualquiera de los niveles de gobierno, pero que no maneja presupuestos, intenta siquiera vender en abonos cómodos tractores para que se multiplique la producción agrícola. Como en tiempos de gobiernos que dejaron obra en Michoacán, que como Arriaga, el “ chupacañas”, Robles Garnica en Morelia, construyeron sin dejar deuda u obligando a los beneficiados a que contribuyeran: “quien no trabaja, la única crítica es de ser vividor del presupuesto, nadamás.
Faltó “cacumen” –es el comentario del debate-, aunque Chon Orihuela que fue el mejor, se hizo tomar en cuenta para el voto, porque sus propuestas tienen base, no como las de Silvano que tal vez, como sabe que no va a ganar ya quedaron atrás los espejitos a cambio, ofrece para emocionar, pero para que cumpla, como le dijo Antúnez, que como decía su mamá: con qué ojos divino tuerto, si hoy las “rascadas son con las propias uñas” y el cree que el entusiasmo viene como el niño de antes, con la torta bajo el brazo, por eso también se las jala, porque sabe que el pueblo inculto, a todas va, que prefiere a quien ilusione que a quien se atenga a lo que es, tiene y puede con inteligencia, con barba o suerte de tener amigos que le respalden porque ellos cuando trabajaron para que algún cuate llegara a manejar presupuesto, correspondiera para que siguiera él.
