MSV.- Hasta como cuando se iban a la bola que a la tercer comida se reflexionaba, una vez que se daban a conocer los mandos, empezaban las deserciones y se quedaban únicamente los interesados y los pagados.
Llama mucho la atención que los integrantes de las defensas de Jucutacato y San Juan Nuevo sean en su mayoría gente directamente afectada, aunque al llegarles la cooperación de los que pagan porque personalmente no pueden “andar en la bola”, uno que otro, tenga ligas con los del crimen organizado que no cobran piso ni venden protecciones, pero que matan, secuestran o su forma de hacer dinero desde ha tiempo, ganan de recibir y trasladar los estupefacientes que vienen del sur y más allá de Centroamérica, mercancía que conducen hasta la frontera, tal como hicieron cuando era la primer industria, que los de Uruapan crearon una buena fama.
La referencia de lo anterior, es porque todas las autodefensas al formarse, su propósito en realidad era volver a la paz. En las primeras semanas sus pláticas se concretaban a que no querían secuestros, que los templarios no les cobraran piso ni protecciones y que a los que les habían quitado sus espacios sembrados de productos que solamente precisan de regarse, limpiarlos de maleza y cosecharlos, se los devolvieran. Esto lo han logrado, pero no han obtenido su seguridad, porque al ir a vender su producción, de todos modos, les piden “su parte”.
Con el tiempo, se fueron dando cuenta que la manutención de unos estaba siendo cómoda porque no tenían que ir a pedir prestado o volver a empeñar alguna de sus cosechas y que de todos modos tenían para vivir, por eso empezaron a sospechar de que alguien les tenía sueldo, que ni en sus bolsillos ni en sus hogares, se quejaban de estar careciendo y que cuando sus familiares les llevaban los alimentos, eran muy abundantes, entonces surgieron las dudas de que uno o varios tuvieran relación con algunos de los criminales.
Una de las señales, era que muy pocos proponían la urgencia de organizar un comité que buscara la forma del financiamiento de su lucha.
Y fue por ello, entonces, cuando se empezó a decir que los de Jucutacato y los de San Juan Nuevo, son gente que nunca ha tenido malos antecedentes ni han tenido alteraciones en su forma de vivir, como otros que no teniendo los grandes recursos, traen lujosas camionetas y hacen fiestas de cuantiosos derroches, como los que están deteniendo hasta en las mismas zonas urbanas, que lo que tienen, no corresponde a lo que ganan como empleados o trabajadores que viven a base de sueldos.
Entonces, no está mal lo que ya se viene diciendo, que autodefensas que ya tienen tiempo, alguien las tiene que mantener y no ha de ser de los que simplemente cooperan, porque no tienen cultura de gastar para que otros se beneficien.
