Como está ahora nuestro gobierno y tantos políticos que no tiene llenadera, como ya se hizo costumbre, si no es de un modo, surgirá otro motivo de conciliar, pero ya México no podrá volver a su normalidad de paz, en cuanto la demografía nos ha rebasado y la industria de la política es la segunda potencia del país: la primero es el narco y más ahora con el crimen organizado.
Para poder aspirar a la paz, la tranquilidad y el poco progreso que de acuerdo a nuestros propios recursos tengamos, seguirán siendo la bandera de las perfectas convivencias de los pueblos, pero eso si, cuidando que la ignorancia se supere y la educación sea una de las soluciones inmediatas al objeto de vivir a niveles similares de las naciones que han encontrado distinguirse por enajenarse de las complicaciones internacionales.
Pues bien, dicen nuestros informantes: la única forma de llegar a ello, es solamente con nuevos ciudadanos y nuevo gobierno, que ni atienda primero su interior y luego quiera competir o destacar en lo exterior sin la educación y los recursos necesarios para lograrlo.