“Diablitos” dan a Zenaida Rafael Julián el Premio Nacional de Artesanía

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Zenaida Rafael Julián, es madre soltera, tiene tres hijos, entre ellos dos niñas “cuatas” de 6 años de edad, es oriunda de esta comunidad de la Meseta Purhépecha, en el municipio de Charapan, para sostener su familia, se dedica a la elaboración de figuras artesanales en arcilla; desde niña aprendió a hacer figuras de los famosos “diablitos”.
Aparte de las labores domésticas, tiene instalado un taller donde fabrica todo tipo de figuras en barro, les da forma, las deja secar y luego las colorea según su imaginación; no vive en su humilde vivienda de madera en la orilla del pueblo ya que no cuenta con los elementales servicios. Vive en una gran casa de material, con fachada al estilo estadounidense, y es que desde hace años la cuida, es de su tío Miguel quien se fue de “mojado” al vecino país del norte.
Y es que aquí, la cuna de los “diablitos”, cada figura de barro es única, surgida de la imaginación de su autor; se elaboran sin moldes, donde las manos mágicas manipulan magistralmente el barro y donde cada artesanía es diferente a otra. Nada es igual.
Así, Zenaida creció y aprendió los secretos que le enseñaron sus padres, sin adivinar que un día, no muy lejano, obtendría el primer lugar en el Concurso Nacional de Cerámica verificado en el Museo del Refugio en Tlaquepaque, Jalisco.
El reconocimiento que recibió del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, dice que por haber obtenido el primer lugar en la categoría de arcilla, y por su destacada labor en favor de la promoción y enriquecimiento de la artesanía mexicana que nos orgullece e identifica a nivel internacional.
El 29 de junio, se celebra la fiesta patronal en Ocumicho, San Pedro y una de las danzas tradicionales que se baila ese día es la de Los Moros, por ello, fabricó la escenificación de la danza, con dos cargueras que llevan a San Pedro, un grupo de seis músicos y cuatro personas del público. Ese fue el trabajo con el que obtuvo el primer lugar nacional de artesanía. Felicidades.
Los “diablitos”
La leyenda dice que fue en 1960 cuando Marcelino Vicente Mulato, un hombre al que no le gustaba sembrar el campo y tenía un gusto especial por el bordado, la cocina y el modelado en barro, empezó a dar forma a los diablos que pronto se hicieron famosos.
Se dice que el diablo recorría Ocumicho y molestaba a todos, se metía en los árboles y los mataba. Entraba en los perros y no hacía más que agitarse y gritar. Luego persiguió a la gente, que se enfermaba y enloquecía. A alguien se le ocurrió que había que darle lugares donde pudiera vivir sin molestar a nadie, y esta es una de las causas por la que los pobladores comenzaron a hacer los diablos de barro.
Estas obras de arte son la expresión más connotada de la artesanía local y por tanto uno de los atractivos principales de Ocumicho. El aprecio por estas figuras de barro dentro y fuera del estado e incluso en el extranjero, conllevó a que se volvieran una marca de origen registrada.
Cabe señalar que como buenos diablitos, no se dejan ver en lugares muy concurridos, pero esto no debe causar preocupación a quienes deseen encontrarlo, los habitantes de Ocumicho le indican la ubicación de los talleres donde son elaborados y decorados con vistosos colores.

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