Dios mío hasta donde hemos llegado, eso solo se veía en películas…
* Las ratas chanchas cogieron a varios empleados de rehenes mismos a los que les iban a dar chicharrón si les salía mal el atraco, lo chido fue que los rateros se apendejaron y ya están apañados.
La realidad de las cosas es que ya nada sorprende a la ciudadanía en Morelia y sus alrededores, en lo que respecta a seguridad, ya se vuelven a ver descabezados, asesinatos con saña, muerte de féminas, atraco a cajeros automáticos, asaltos a plena luz del día y en el centro de la ciudad aún a pesar del operativo de la gendarmería que recorre el Centro Histórico, entonces un asalto a mano armada en pleno centro -perdón por ser reiterativo- en donde los rateros cogen a empleados y civiles como rehenes pues ya no causa el escozor de antes, es decir nada es sorpresa en esta ciudad y eso pues está de la chingada no creen, en fin les chismeo que ayer al caer la noche, cinco rateros pistola en mano.
Se metieron a un changarro de tenis que está ubicado en la Avenida Lázaro Cárdenas, justo enfrente al Mercado Independencia, en la colonia Ventura Puente, entre las calles Río Naza y Vicente Santa María y cogiendo a los rehenes cometieron el asalto, el chisme reza que ayer los mendigos rateros llegaron al lugar con el fierro de fuera y al grito de “este es un asalto” cogieron a los clientes y empleados y los amontonaron en un cuarto para después despacharse con la cuchara grande, robaron la feria de las cajas registradoras, echaron mercancía a maletas robadas ahí mismo cachondearon a las viejas y se relamían los bigotes cuando de repente al wey que le tocó vigilar que no viniera la policía.
Se le apendejó el alma y se peló dejando a sus compinches descubiertos aprovechando los guardias de seguridad y policías para desarmar a los ladrones y darles una madriza en el transcurso del arresto a los detenidos les fue asegurada la mercancía que pretendían robar, así como las maletas en las que echaron todo, les fueron decomisadas de igual manera armas de fuego, posteriormente los rateros llegaron escoltados a la Fiscalía para que fuera definida su situación legal conforme a derecho, por cierto fueron apañados dos batos y dos morras mientras que un quinto malandrín escapó, era pues el encargado de avisar a sus compinches si llegaba la Policía.
