MSV.- Ya se descubrió que el gimido no es mas que en función de emocionar al hombre y acelerar el orgasmo como a ella le convenga, son los resultados de las dos mil encuestas que por diferentes países se hicieron y que a diferentes niveles de vida, no difieren los tantos, luego de que también los especialistas en sexología –que hicieron sus investigaciones por separado-, ya que se creía que no era lo mismo hacer el amor en lo frío, lo templado y lo tropical.
Cada mujer tiene su modo, como el hombre, en que la mujer coincidió que para darle vida y no negar su coito, debería estar autorizado por la Iglesia casándose o por lo civil, registrarse ante las autoridades legalmente; porque sabrá usted que el matrimonio por la Iglesia, además de haber sido primero, fue promovido por la mujer, para legalizar ante Dios sus actos sexuales y ante el hombre para el respeto material y reconocimiento de la familia si había o no productos.
En cada territorio del mundo, hay religión y gobiernos que son las autoridades, donde actualmente las uniones, firman su parecer ante tales; por lo civil hay divorcios, por las religiones también; en unas más, en otras menos, pero el matrimonio para tener esos dos valores, el religioso y el civil se llevan al cabo para la legalidad de ascendencia y descendencia.
La mujer según estudios fisiológicos, goza mucho más el acto sexual que el hombre; para la hembra es por toda la vida, para el hombre es corto su periodo de activo y tiene menos fuego su gozo, haya o no fruto.
Para llegar a la unión, se confirma también que la mujer escoge el hombre. Al hombre le gana la necesidad que le viene de pronto; la hembra es toda una calculadora y hasta cuando la violan, que se entiende que la penetran a fuerza en los más de los casos resultan embarazadas.
Usted se dirá, pues cómo está eso, porque una mujer cuando no quiere, nomás tuerce las piernas o prefiere que la maten con tal de no aceptar o a menos que entre varios la inmovilicen, para que el que la desea y en un caso legal tenga que responder si es que la quiere.
Antes, una mujer que perdía su virginidad, venía a menos y eran muy pocas las que se casaban principalmente en los lugares cálidos, ya que después de los 16 años sus carnes desarrolladas en lugar de seguir con su forma de pera, se distorsionan y si a caso nomás se juntaban y se siguen jubtabdo. En los países de desarrollada cultura, eso no cuenta, pues lo que importa es el comportamiento a partir de que también se descubre que el amor es más fuerte que el deseo, pero sin el orgullo de ser esposa.
Un libro anónimo que por algún tiempo se le acreditó a Bernen indicaba que mientras no se limitara la cantidad de hijos, el hombre tenían la libertad de andar probando, no importa que la mujer quedara encinta, lo que ahora va a ser diferente si es que se llega a investigar de que si se comprueba científicamente quién es el padre, sean los que sean y de donde sean y con quien sea, tendrán que participar en sus gastos de vida, no importa la edad en que se encuentren.
