Leí una columna de López-Doriga donde escribe claramente describe lo que está pasando en el PRI y que cree que siguiendo su misma forma de actuar, de cuando era mayoría, sería una muy buena oposición, pero, la verdad se nota a leguas que lo único que le interesa al PRI, es sobrevivir, ¡ahh!, pero solamente las vacas sagradas, ya que los otros militantes simplemente no les interesa. Bien escribió, son los amigos, parientes y compromisos aquellos que están en las listas plurinominales. El mejor ejemplo ese tal Alito, que se puso él, en primer lugar para sobrevivir, para seguir robando y royendo el hueso que lo ha mantenido con vida.
Pero lo mismo pasa con la dupla de Eduardo Orihuela y Marco Polo Aguirre, dando patadas de ahogado donde quiera para seguir mamando de los presupuestos públicos, haciendo alianzas con rateros como Jenruchito, alias el independiente, que como se habrán dado cuenta, ni siquiera quiero escribir su nombre porque me vomito y eso que me llamo igual que él.
Entiendo que Lalo Orihuela quiera seguir, y lo entiendo, porque su padre es un gran político, que al final no supo ser segundo y no supo saber perder, eso es otra cosa, pero Lalo, solamente sabe hacer trampas, tratos y arreglitos, no sabe de política pura. Lalo es una cabeza de un grupo, el de su padre, pero al final de un grupo de políticos que como quiera han marcado su paso por Michoacán, sin embargo, Marco Polo, es un lamebotas, que se va a dejar hacer lo que sea con tal de seguir en el mitote.
Marco Polo, ha traicionado a todos, a Don F, a los nuevos políticos del PRI, a su generación, con tal de traer con “que” y eso sencillamente no se vale, tarde o temprano, el traicionará a Orihuela, con tal de seguir mamando de arcas presupuestarias. Claro que de Guillermito Valencia ni que decir, simplemente perderá.
Este par, no ha dejado que otros les ayuden, porque se sienten muy fregones, protegidos, pero la verdad es que el partido está traicionando a sus militantes y por tanto se están quedando sin fuerza, me pregunto donde quedaron aquellos políticos que sabían perder, pero sobre todo sabían recuperarse y volver a ganar, sabían de acuerdos, de pactos y sobre todo de militantes y de la creación de nuevos cuadros.
Así nunca van a volver a ejercer, de mi se acuerdan.