Deportes – Grupo Diario de Morelia
La samba comienza a escucharse en México, pero no pudo desatar la fiesta. Un error defensivo en los últimos minutos del partido, que dejó 5-1 el marcador, provocó que el Tri aún deba guardar la mesura y encarar con seriedad la vuelta aunque la ventaja de cuatro goles que cosechó parece definitiva.
La presión y aquel equipo que en casa siempre terminaba por caerse hoy no apareció, Miguel Herrera supo sacar adelante su primer examen y con creces, aunque aún resta finiquitar la obra que bien pudo haber quedado liquidad en 90 minutos.
México fue amo y señor de la pelota. Nueva Zelanda no quería saber nada del esférico al grado que su único delantero, Christian Wood, era el hombre más adelantado y no estuvo más de tres ocasiones adelante del ecuador del terreno de juego.
Un disparo de Montes y dos trazos largos de Márquez fueron las aproximaciones que México insinuaba pero que no lograba transformar en verdadero peligro pese a la ordenada, pero inocente defensiva oceánica que aún no se veía en aprietos.
Fue pasado el minuto 20 cuando en uno de los rebotes dentro del área, Aguilar intentó cabecear a portería y el balón salió a segundo poste donde llegó Jiménez, disparó y el portero Moss sacó en la línea. Ahí comenzó el verdadero acoso azteca.
Vino un disparo casi de media cancha del “Maza” Rodríguez que se estrelló en el travesaño, un mano a mano de Jiménez que no supo resolver y un contragolpe entre Jiménez y “Gullit” Peña que terminó en fuera de lugar.
Al minuto 30 el partido rompió y la muralla neozelandesa se derrumbó.
México encimando y ahora sí agobiando el arco rival encontró un centro de Montes a Peralta, quien recibió falta, pero el árbitro Kassai dejó correr a la llegada de Aguilar, quien simplemente empujó el balón para abrir el marcador.
Con la confianza a tope y sabedor de su capacidad, Raúl Jiménez remató un centro que venía a media altura de taquito y lanzándose al aire formando una figura estética que recordó aquel gol memorable ante Panamá. Sin embargo, ahora apareció Glen Moss con una gran atajada para mandar a tiro de esquina.
Y entonces apareció la inocencia visitante. El cobro del tiro de esquina no busco competir en la altura, sí en el espacio y ahí encontró al “Gullit” que peinó a segundo poste para la llegada de Jiménez, quien a segundo poste empujó el balón para ampliar el marcador.
Llegó el segundo tiempo y él gol que daba tranquilidad. Rafael Márquez metió un excelso trazo de 50 metros que partió la cancha hasta encontrar a Layún, quien sólo condujo un par de veces y luego centró raso para la llegada de Oribe Peralta. El hermoso no perdonó.
Vinieron los cambios. Herrera optó por refrescar el mediocampo con Sinha y Escoboza para dar descanso a Peña y Montes. Nueva Zelanda también metió a Fallon y al “Messi” Rojas, pero absolutamente nada cambió.
México siguió generando opciones y aunque en algunas definiciones se mostró un poco sobrado, fue hasta el 35’ cuando Miguel Layún apareció como una calca del tercer gol y tendió un centro que encontró un gran cabezazo para poner el 4-0.
Y como no hay quinto malo… Nueva Zelanda aún no se recuperaba del cuarto golpe cuando el extraordinario partido de Rafael Márquez se vio premiado al marcar el 5-0 que desató la locura en el Azteca, aunque también el único error defensivo de México.
El Tri partirá a tierras oceánicas donde deberá finiquitar la obra y donde sólo una tragedia de 4-0 en contra le podrá arrebatar el boleto de Brasil 2014.