Leí el otro día la palabra encuestiitis y después de pensarlo me di cuenta que tienen razón, ahora todo mundo se siente con capacidad y conocimiento estadístico y de, los que, los gringos dirían «Big Data». Todos y cada uno de candidatos no presumen cuando van a arriba, el pueblo los nota, pero cuando algún candidato va abajo le conviene decir, que ya alcanzó y que va en camino de alcanzar al que va de puntero, con esto logran que la población vean que es alguien con conocimiento, alguienpreparado y alguien con capacidad.
En una última encuesta telefónica, la cual se distribuyó a lo grande, dándole amplia ventaja a Morena está pésimamente hecha, para empezar con una muestra de 490 llamadas el error estadístico debería rondar el 8% y no el 5% como presume dicha encuestadora, segundo el que sea solamente telefónica decrementa de gran forma su nivel de confianza que estos personajes aseguran es del 95%, además, no se puede verificar cara a cara que el encuestado cuente con credencial electoral rompiendo uno de lo principios básicos de la segmentación de la muestra.
Bien dice el dicho: «El que paga manda» y esta encuesta está muy tendida hacia Morena, solamente con ver las gráficas se puede observar la tendencia hacia ese partido. Por eso, y otros detalles podemos asegurar que fue manipulada.
Este es el grave problema de las encuestas manipuladas de empresas patito que no sabe de matemáticas aplicadas. Este tipo de divulgación provoca incertidumbre de la población y enojo en otros, provoca que el voto útil no se sepa donde se puede aplicar correctamente y mal información o «fake News» a favor de candidatos que no tienen posibilidad.
El IEM, debería sancionar a aquellas empresas y partidos que manipulan o pagan para manipular las encuestas, debería de registrarse cada encuesta, con su metodología, se debería registrar a cada encuestador y debería de confirmarse mediante auditores que efectivamente se levante o se aplique el cuestionario.
Es responsabilidad de la autoridad electoral que no haya información falsa, como se ha estado desplegando. Por la poca capacidad de aquellos que organizan, rigen y desarrollan las jornadas electorales, los candidatos manipulan a los votantes. Esta falta de de capacidad nos muestra lo poco preparados que estamos para tener una verdadera democracia.