El ilustrísimo, inteligentísimo, bien preparado Pejedente, me lo acaba de aclarar totalmente. La semana pasada lo dijo el y yo como pueblo bueno obedezco, el mencionó y lo reescribo directamente y literalmente como lo dijo: «Entre justicia y la ley, opto por la justicia» y como supuestamente es mi Presidente, el guía de los mexicanos, el mesías de muchos polares, acataré la frase tal y como la dijo el.
Entonces, a partir de hoy, yo no voy a pagar impuestos, sencillamente porque creo que no son justos y no son justos porque simplemente no recibo los beneficios por los que pago. No tengo nuevo aeropuerto, que su servidor no usa diario, pero si de vez en cuando, no tengo gasolina barata, esta sigue subiendo, no tengo energía eléctrica de calidad, esta ahorita tiene sus problemas, no tengo seguridad, ya que no hay día que no escuche balazos o ande con la cola entre las patas o cuando necesito disponer de dinero, siguen secuestrando a personas cercanas o conocidas, no tengo servicios básicos para mis enfermos como las quimioterapias que acabar de cancelar porque supuestamente no hay dinero, no tengo estancias infantiles donde puedo dejar a mis hijos bien cuidados, a mi en lo personal se me hace tirar el dinero la construcción de la refinería y del tren maya, se me hace una tontería que regale dinero.
«La ley es para las mujeres y los hombres, no las mujeres y los hombres para la ley. Si hay que optar la justicia y la ley, no lo piensen mucho, hay que optar en favor de la justicia.» Así lo dijo y esto es una barbaridad que romperá los esquemas sociales y cívicos del país, por eso, a este escritor no le parece y por lo mismo dejará de pagar impuestos porque como lo mencione anteriormente no son justos.
Ahora si quiere seguir haciéndola de huevos revueltos, saltarse la constitución, entregando obras sin licitación, cancelar obras por sus puros pantalones, pues ahí esta la resistencia civil que el mismo está provocando, y si llego a tener problemas con Hacienda, pues le gritare al pejedente para que le diga a su gente a su gabinete que el mismo me autorizó con la frase anterior, por que yo le pago a él y el no me paga a mi, ¡ni un peso!, ¡Yo si le puedo pedir cuentas y el a mi no!
