La coordinadora del Grupo Parlamentario del PRD en la LXXII Legislatura de Michoacán, Silvia Estrada Esquivel culminó al gobierno del Estado a actuar de manera responsable y no a mantener en incertidumbre a Michoacán en relación al estado de salud del mandatario Fausto Vallejo Figueroa.
El gobierno del Estado está actuando de forma irresponsable, tiene a Michoacán en indefinición, consideró la primera mujer diputada por el distrito de Lázaro Cárdenas, tras señalar que como seres humanos todos estamos expuestos a padecer problemas de salud, sin embargo, en estos momentos la entidad requiere certidumbre y estabilidad.
Dejó claro que los señalamientos sobre la salud del Ejecutivo Estatal, no se refieren a la vida privada de una persona, sino a la responsabilidad que debe prevalecer, ya que no se puede dejar de señalar que la ausencia del mandatario estatal genera incertidumbre, porque no hay dirección en la administración estatal pese a los esfuerzos.
Recordó que desde antes del proceso electoral del 2011, el ahora gobernador nunca reconoció la gravedad de su estado de salud, porque fue en su momento cuestionado, lo delicado es que siempre lo negó como hoy también lo hacen y no se aclara si permanece o no, lo cual es mentirle a los michoacanos y «Michoacán merece respeto».
Silvia Estrada manifestó su deseo de que el gobernador Fausto Vallejo se recupere, sin embargo, exigió que se de certidumbre a las y los michoacanos, además de que se notifique al Congreso del Estado sobre la ausencia.
En ese sentido, la diputada local por el distrito de Lázaro Cárdenas expresó «en el PRD deseamos que el gobernador goce de plena salud, se restablezca a la brevedad y que pueda reintegrarse a sus labores porque así lo requiere y demanda el estado. Sin embargo, la realidad es que en estado hay diversos problemas que aquejan a la sociedad y son una demanda constante en materia de salud, pobreza, seguridad, en materia económica, y desarrollo, entre otros».
Silvia Estrada mencionó que el tema de la salud del mandatario merece mayor reflexión, porque no se trata de los intereses de un partido, ni siquiera de la persona en la que recae la máxima responsabilidad de gobernar un Estado, pues con todo y que sea una enfermedad de la que quizá solo sus médicos y familiares saben a ciencia cierta cuál es, «no podemos dejar de lado la tan necesaria estabilidad, la atención de las demandas de los ciudadanos, la certidumbre en las relaciones interinstitucionales, los servicios, las acciones y programas de gobierno que por la dinámica de la política requieren conducción».