Aunque fue ayer, hoy me toca recordar a mi madre, mujer valiente, súper trabajadora, que nos enseño a mis hermanas y mí lo que es ser un humano recto, derecho, honorable y con muchos valores. Siempre decía cuando cometas alguna falta o al aún error siempre van a decir: «Tú madre de educó de esa manera, así que compórtate mejor, para que nunca digan nada de mí», esa era mi madre, a la cual tuve la desgracia de perder ayer.
Una mujer a la cual no le tocó un hombre que la mereciera, pero supo tener la frente en alto toda su vida, integra, como todos los Caballero. Siempre fuimos del área del San José donde tuvimos a todos los vecinos conocidos de alcurnia, donde la respetaban y la cuidaban. Siempre trabajando, ya que decía: «Mi hijo déjame trabajar, porque sino estoy ocupada, tengo malos pensamientos».
A ella le debo mi futuro, mi presente y mi pasado, nunca dejó de motivarnos para ser una mejor persona. Dueña del «Paraíso», restaurante, café del mero centro de Morelia por más de 30 años y luego de una de las florerías más viejas de Morelia.
Dios la tenga en su gloria y la deje ahora descansar, ya que siempre se mantuvo ocupada, desde las 4 de la mañana hasta las 9 de la noche, después de ver su televisión. La recuerdo con alegría cada vez que observo un queso lleno de colores, ya que su maña era agarrar un pedacito con sus manos llenas de pintura por pintar tantas flores de seda. La recuerdo cuidando a tantos niños, muchos de ellos conocidos, cuando participábamos en los entrenamientos de natación, ya sea en el Aquiles Serdán o en los campestres.
A todos que tienen a su madre viva, denle un abrazo y quiéranla, porque uno nunca sabe cuanto le durará.