El astronauta de la NASA, Scott Kelly lo anunciaba orgulloso en su cuenta de Twitter: «La primera flor cultivada en el espacio», escribía junto a la fotografía de una hermosa zinnia de llamativas hojas naranjas. Los ocupantes de la Estación Espacial Internacional (ISS) han conseguido sacar adelante esta preciosa planta escogida no por su vistosidad, sino porque puede ayudar a los científicos a entender cómo los cultivos sobreviven y crecen en microgravedad, un conocimiento fundamental para futuras misiones de larga duración, como un viaje a Marte.