La tensión se transforma en pasión, los miedos en tranquilidad y el riesgo de perderlo todo, incluso el boleto al Mundial, queda hoy a merced del Tri, que en el juego de ida de la reclasificación adquiere la ventaja necesaria para completar la obra en Wellington.
Sí, México ha vencido a todos sus “fantasmas”, incluido el temido monstruo de 100 mil cabezas, que ayer volvió a vestirser todo de verde, a pesar de la mayoría americanista en esta Selección Nacional, que lejos de dividir ha unido a la nación tricolor.
El grito de “¡goool!” se escucha cinco veces en el Estadio Azteca. Cada uno provoca microsismos que electrizan a Nueva Zelanda, hasta dejarla moribunda, sin aliento. El contundente 5-1 asfixia al campeón de Oceanía y basta para recuperar la esperanza extraviada en el truncado proceso del “Chepo” de la Torre.
Nueva Zelanda no es el flan que todo mundo espera, no luego de la fragilidad que persigue a la zaga mexicana, pero a partir del esfuerzo, el rival comienza a pecar de inocente y a tolerar múltiples contragolpes, desperdiciados por las piernas tricolores.
Oribe Peralta lo hace al minuto 16, Raúl Jiménez la intenta dos minutos después, mas los puños salvadores del Glen Moss mantienen el cero en la pizarra. El “Maza” sacude el travesaño, al 23’, y entre Oribe, “Gullit” Peña y Raúl ejecutan la acción más vistosa del momento, sólo que el leonés no alcanza a firmar la triangulación.
El bombardeo no cesa, pero los miedos perduran… Hasta que por fin, al 31’, Oribe es fauleado dentro del área. El empujón no es apreciado por el silbante húngaro, Viktor Kassai, mas los reclamos congelan a todos, menos a Paul Aguilar, quien vivo patea y empuja a las redes…
Era lo que se necesitaba para romper la tensión y recuperar la confianza. Un segundo gol es impulsado por Oribe, a tiro centro de Paul, sólo que el nazareno lo invalida por discutido off side, al 37’. Pero el 2-0 surge luego de tanto machacar, dos minutos más tarde, gracias a que Raúl Jiménez, con la cabeza, firma a boca de jarro.
La felicidad es total en el Azteca, después de un primer tiempo de contrastes.
Más tranquilos, los nuestros sacuden las redes visitantes por tercera ocasión. Así, al 47’, Oribe Peralta es quien aparece solitario en la triansitada zona roja “kiwi”, y empuja la de gajos. Otro gol… El festejo va a parar hasta la banca, donde “El Piojo” y toda mundo, lo aguardan para un multifestejado 3-0. Oribe, al 80’, consigue su doblete y Rafa Márquez, al 83’, arma la paliza con un quinto tanto. “¡Oribe, Oribe!”
Chris James, dos minutos más tarde, consigue el del honor. La electrizante tormenta verde penetra en los neozelandeses, congelados por el frío amanecer y el quemante impulso del torrente mexicano. El Cielito Lindo está de regreso… México cocina, a fuego lento, un sufrido pase mundialista. Este más que ninguno, pero que tendrán que completar el 20 de noviembre en Wellington.