Así como gobernadores que salían, siempre premiaban a sus fieles colaboradores con una notaría, tampoco las mismas podrán alquilarse o heredarse por acuerdo “bajito de mesa” por el Colegio de Notarios; ahora la convocatoria que se dice habrá, los candidatos estarán en examen teórico y práctico y además, tratados por un jurado constituido por un representante de una universidad, del propio gobierno y de los notarios que escogerán para que sea el Poder Legislativo quien apruebe o rechace.
De esta forma ya se termina con el privilegio de que cada gobierno dejaba como notarios a quienes habían servido bien durante el tiempo de sus administraciones públicas.
El fiat lux del estado, ahora para que pueda vender fé pública un notario, será de otra forma que alcanza el término de proceso democrático.
Por lo menos una calificación superior al ocho se les exigirá a los nuevos notarios, tomando en cuenta que ya no será la cantidad que quiera el Ejecutivo, sino vacantes y que demandan ya los aumentos demográficos que requieren de este servicio.