Por Miguel Jorge
Via ALT1040
El Stradivarius es conocido como el instrumento de cuerda perfecto para los violinistas. Sus características sonoras e individuales son únicas debido a la reacción biológica específica en la madera que se daba durante su construcción en los siglos XVII y XVIII. Un nuevo estudio revela que dos tipos de hongo podrían ser el elemento para construir violines nuevos que suenan como el Stradivarius.
Así lo ha demostrado recientemente el profesor Francias Schwarze, descubriendo una manera de utilizar los hongos en dos tipos comunes de madera tratada para la fabricación de violines. Un proceso que permite una estructura biológica ideal para el violín.
Serían dos especies de hongos, Physisporinus vitreus y Xylaria longipes, los que producirían una cadencia en la madera utilizada para violines hasta el punto que su calidad tonal se mejora. Según el investigador:
Normalmente los hongos reducen la densidad de la madera, pero al mismo tiempo, por desgracia, reducen la velocidad con la que las ondas sonoras viajan a través de la madera.
La característica única de estos hongos es que degradan poco a poco las células de las paredes, induciendo así un adelgazamiento de las mismas. Pero incluso en las últimas etapas de la descomposición de la madera, una rígida estructura del andamio se mantiene a través del cual las ondas de sonido aún pueden viajar directamente. Incluso el módulo de elasticidad no se ve comprometido, la madera sigue siendo igual de resistente a la presión de igual forma que antes del tratamiento de hongos.
Esto indicaría que las tres bases en la composición de una buena madera para la fabricación de violines (baja densidad, alta velocidad de sonido y un alto módulo de elasticidad) se dan con este tratamiento. De la misma forma, el investigador indica que el proceso recrea el efecto del tratamiento que se daba en los siglos pasados con el Stradivarius, “largos inviernos y veranos frescos”, de los que salía la madera perfecta para el instrumento de cuerda.
Desde entonces, los investigadores han intentado averiguar durante años cómo o por qué la madera utilizada en aquella época tenía una estructura tan perfecta para el violín…. hasta ahora.
El profesor Schwarze probó ante una audiencia a ciegas su violín junto a un Stradivarius. Al finalizar, el jurado creyó que el violín tratado con los hongos era en realidad un Stradivarius.