Hugo Chávez Frías, logró un triunfo estratégico en las elecciones de Venezuela, este domingo 7 de octubre de 2012, con el 54 %, o sean 10 puntos de diferencia de su opositor Ernesto Capriles, que obtuvo el 44 %; la participación de los votantes fue del 84 %, un record histórico en las elecciones venezolanas.
El triunfo de Chávez es de carácter estratégico, consolida la base social y política que da sustento al proyecto socialista bolivariano y logra contener el avance de la derecha y su proyecto regresivo a favor de la oligarquía y del Imperio representado por el empresario, Capriles. A su vez, el triunfo estratégico de Chávez, fortalece al bloque de seis países que integran el proyecto de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América Latina y el Caribe, ALBA.
Lo que significa, la defensa, el aprovechamiento de sus recursos estratégicos energéticos, mineros, materias primas valiosas y, sobre todo, la estrategia de poder que ha forjado una nueva élite popular, con hondas raíces indígenas y afroamericanas que ha desplazado a las viejas oligarquías, aliados del Imperio. El arribo de una nueva elite popular se manifiesta con toda magnitud en Venezuela, con el triunfo popular de Chávez y la derrota del abanderado de la vieja oligarquía, Capriles. La campaña desplegada por Capriles, tenía como estrategia enlazar a la clase media con los pobres con un discurso manipulador, alejado de la confrontación.
El avance logrado por Capriles es significativo, medido en términos de las condiciones de reflujo de los movimientos populares, desgaste de los liderazgos e inclusive de problemas de resultados y de corrupción que tendrán que resolverse para evitar el desencanto social y la frustración del triunfo. De manera especial, el triunfo estratégico de Chávez, viene a fortalecer el proceso de integración del Mercosur y del ingreso de los miembros del ALBA, a una nueva alternativa de integración y desarrollo regional. Fortalece el acuerdo Venezuela-Brasil para desarrollar cuadros y proyectos para lograr la transformación de Venezuela en una potencia global. La naturaleza estratégica del triunfo de Chávez, favorece el diálogo, el pronto acuerdo, para alcanzar la paz, que se ha propuesto el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
Con ello se finiquitará el Plan Colombia y las fuerzas paramilitares dejarán de traficar y medrar con la muerte de los colombianos. La contención a la militarización norteamericana en Centro América, sustentada en la Iniciativa Para la Seguridad Centro Americana, CARSI, junto con el Plan Mérida, acotará y contendrá el proyecto de reposicionamiento militar y de las corporaciones de Obama en Sudamérica. El triunfo estratégico de Chávez en la democracia de Venezuela produce frutos de alcance global.
Apuntala la consolidación de la alianza geopolítica y geofinanciera de los integrantes de UNASUR con los BRICS. La derrota de Capriles como aliado norteamericano, significa entonces, la permanencia y la alianza con la primera potencia en ascenso, China. El arribo de Irán a la región cobrará raíces, en un despliegue de su diplomacia, como ejemplo de la apertura de las nuevas fronteras.
El triunfo de Chávez acrecentará los vínculos con la UE que se encuentra en proceso de remodelación geopolítica estratégica, con el liderazgo franco alemán en marcha. El fracaso de la globalización financiera abre perspectivas al mundo multipolar pluri regional con alianzas inéditas. Hugo Chávez, gobernará a Venezuela del 2013 al 2019, un plazo que permitirá a Venezuela incorporarse al lado de las potencias emergentes globales, como lo ha hecho ya Brasil que se encamina a estar dentro de las cinco primeras potencias.