La Iglesia Católica no busca venganza ante la ola de violencia, pide a Dios que conceda el don de la conversión a quienes olvidan “que somos hermanos” y se dedican a hacer el mal, dijo el Padre Guadalupe Franco, rector de la Catedral concelebró la Misa solemne de la Virgen de Guadalupe con el Cabildo Metropolitano de la Diócesis.
En honor y fervor a la Patrona de México los fieles se congregaron junto a los vicarios para honrar a la Madre del Cielo, donde el rector depositó en manos de Dios “nuestra causa, y sabemos que EL tarde o temprano hará justicia” ante quienes “se portan como dueños de la vida y no lo son, y la arrebatan y disponen de ella”.
Tras consagrar al pueblo de México a su Reina, el ministro llamó a los devotos a felicitar en su día a la Guadalupana “pero que esta felicitación no sea superficial, si no que afecte nuestra vida y luchemos por imitarla” y que nos acerque a Cristo profundizando nuestra fe “y vivir no por tradición simplemente, sino por y con convicción”, dijo.
Resaltó el rector la humildad, docilidad, pureza y obediencia de entre las cualidades de la también Emperatriz de América, que debemos hacer parte de nuestro comportamiento, y oró porque “nos ayude a reconocernos y amarnos como verdaderos hermanos”, pues pareciese, alertó, “pareciese que nos hemos olvidado de este aspecto importante”, pues ya hasta en familia “nos vemos como extraños” unos a otros.
El padre Franco durante la Homilía leyó el Evangelio en que se recuerda el pasaje de la Biblia donde María acude a casa de su prima Isabel, que estaba embarazada, y no bien habiéndola saludado la criatura brincó en su vientre, por lo que ella le dijo a María: “bendita tú entre todas las mujeres” a quien sería la vencedora del mal, Madre de Jesús y Reina del Cielo.