Incentivar la reflexión en torno al hostigamiento y acoso sexual, así como dar a conocer los mecanismos internos de atención, fue el objetivo del Panel sobre acoso y hostigamiento sexual laboral, al que asistió funcionariado del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) y que fue impartido por la Oficina del Abogado General de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y la organización Habitajes, AC.
El hostigamiento, acoso sexual, acoso y violencia laboral y la discriminación son problemáticas a nivel mundial. En nuestro país, la perspectiva de género está contemplada como estrategia transversal en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2014, explicó el representante de la Dirección General Adjunta de Legalidad y Transparencia de la Oficina del Abogado General de la Sedesol.
El funcionario expresó que las dependencias de gobierno se han preocupado en ampliar la protección de las personas con herramientas que favorezcan la igualdad y la no discriminación. Problemáticas como acoso y hostigamiento, subrayó, tienen consecuencias tanto en la institución como psicológicas, de salud, laborales y sociológicas: “tocamos 42 millones de vidas, en la dependencia despliegan funciones 10 mil personas, por lo que el promover un ambiente laboral sano es algo que nos compete”.
Explicó que la Sedesol cuenta con el Mecanismo de Prevención, Atención y Seguimiento a Casos de Discriminación y Violencia Laboral en sus diversas formas, en especial el hostigamiento y el acoso sexual. Este surgió de la necesidad de reconocer esta problemática como resultado de una estrategia transversal de perspectiva de género. Mencionó que la dependencia trabaja en fomentar la confianza y alentar la denuncia de estos casos.
Asimismo, la organización Habitajes, AC impartió un taller sobre acoso y hostigamiento sexual. Josefina Millán, directora de la asociación mencionó que en la violencia de género es esencial la defensoría, protección a víctimas, así como la educación y la cultura. Una de las razones por las que no se reconoce esta problemática es la “invisibilización. Muchas veces no sabemos cómo nombrarlo o si reconocerlo como violencia, entonces limita nuestra capacidad para responder, solidarizarnos y apoyar. Por esto es fundamental que como comunidad legitimemos cuando sufrimos esta clase de violencia”.
“Nos han enseñado a no responder, hemos olvidado escuchar a nuestro cuerpo. Si mi cuerpo lo siente como violencia, es violencia” sostuvo la activista, quien invitó a las asistentes a reconocer que no es normal vivir de esta forma. Respecto del acoso sexual laboral y hostigamiento, dijo que este se suma al estrés laboral que se vive día a día, al trayecto a la casa, en el que se reciben muestras de violencia y “esto nos hace sobrevivientes todos los días, de concluir nuestras tareas con la carga adicional que todo esto implica”.
“Es importante también destacar que, a partir del trabajo colectivo, con organizaciones de la sociedad civil y desde nuestras vivencias, podemos generar cambios en políticas públicas y diseñar un marco jurídico adecuado bajo el cual podamos actuar” puntualizó