El presidente de China, Xi Jinping, acompañado de su esposa Pen Liyuan la famosa cantante de ópera, realizó una visita de Estado a México, en reciprocidad a la del presidente, Enrique Peña Nieto a China, cuando asistió al Foro Boao.
El encuentro de Peña Nieto con Jimping, ha causa revuelo por el acuerdo geopolítico alcanzado con China.
Ambos gobiernos se comprometieron a sacar adelante una asociación estratégica que deja atrás la relación bilateral, para pasar a un proceso de integración que abre el acceso de México por la puerta de China a los países del Pacífico.
La visita de Jimping al área latinoamericana, incluyendo a los Estados Unidos, reafirma el proyecto de crear una vía interoceánica a partir de tres países prospectos. México en el istmo; Nicaragua y Colombia.
La naturaleza de dicha obra será el detonador de la producción y el intercambio comercial en el Pacífico, donde México ha asegurado su acceso a partir de la alianza estratégica establecida con China.
La capacidad negociadora de México con China, ha quedado claramente demostrada en el cambio de relación bilateral al de asociación estratégica geopolítica.
La asociación estratégica de México con China, requiere explicar de qué estamos hablando.
En primer término, China es ya la primera potencia global en ascenso.
A Estados Unidos le llevó desde la Primera Guerra Mundial iniciar su ascenso como primera potencia y consolidarla hasta el final de la segunda guerra mundial.
Pero debemos recordar que si bien Estados Unidos ocupó el lugar del Imperio Británico no lo hizo solo, compartió el espacio de poder con la Unión Soviética, con la formación del sistema bipolar.
Solo a partir de la caída del muro de Berlín, el ascenso norteamericano se hizo hegemónico, pero solo por un breve tiempo.
Efectivamente esta ilusión fue efímera; el derrumbe del sistema bipolar si bien no fue simultáneo, fue diferido. Primero ocurrió en la URSSS y luego hemos como hemos visto se ha dado gradualmente el colapso de la potencia norteamericana, al naufragar en la guerra de Irak y la de Afganistán.
La guerra del Cáucaso demostró los límites del poderío bélico norteamericano. La conferencia internacional que se prepara para negociar la paz en Siria, dará lugar al reacomodo en el Medio Oriente con importantes cambios, la aceptación de Irán como miembro del club atómico; la readecuación de Turquía como potencia regional a partir de la primavera turca; los acuerdos para explotar energéticos en la costa de Israel-Líbano y la nueva presencia de China como gran inversionista de obras de infraestructura que dejarán atrás el canal de Suez.
En segundo lugar, la asociación estratégica de México con China es con la primera potencia del Sur global en ascenso.
Por primera vez en la historia del capitalismo las potencias del Norte van en repliegue mientras los países del Sur van en acenso, como es el caso de India y Brasil.
El cambio geopolítico del Norte al Sur en ascenso es el cambio de paradigma del sistema capitalista global del Siglo XXI.
En este proceso de cambio de poder mundial del Norte al Sur, asegura el ascenso de México como potencia.
La decisión tomada por el presidente Enrique Peña Nieto de establecer con China una asociación estratégica integral, es consecuente con la mutación del sistema hegemónico al multipolar. La desaparición del sistema hegemónico del Norte, favorece la emergencia de potencias del Sur.
El mundo multipolar, es producto de la ruptura de las cadenas de dominación, que favorecen la transformación de países dominados en potencias como es el caso de China, India, Brasil y en el caso de México, nos incorporamos a las potencias emergentes con un breve retraso, debido a los gobiernos panistas que hicieron todo lo posible por mantenernos anclados al sistema hegemónico del Norte, hoy en retroceso.
Es inocultable el éxito de China como potencia en ascenso al primer lugar global, por su modelo político social de economía de Estado, con capacidad de regular la participación privada china y del capital y corporaciones trasnacionales.
El capitalismo de Estado chino, ha construido un sistema productivo, moderno, soberano e integrado. Ha dejado atrás la dependencia tecnológica, para saltar a la producción de descubrimientos tecnológicos.
El avance de China algunos lo ven con la lógica del cangrejo, esto es, lejos de avanzar hacia un nuevo estadio social, inclusive de Capitalismo de Estado avanzado, aseguran, retrocederá al capitalismo salvaje.
La derecha china, pronostican, será capaz de engullirse al capitalismo de Estado para convertirse a la globalización neoliberal financiera.
Según esta visión fatalista de la historia, China irá para atrás, arrastrará a las potencias emergentes del BRICS, como Brasil, Sudáfrica y a todos los países donde tiene una relación intensa, como son la mayoría de naciones de África, Asia y América del Sur, donde obtiene energéticos, alimentos y minerales, a cambio de invertir en infraestructura y desarrollar a estos países.
La visión fatalista de la historia, coloca a China como el instrumento para que la economía del Sur se enganche al Norte, lo revitalice y lo vuelva hegemónico. Para evitar que China convierta a las potencias emergentes en una zona de desastre, como lo es hoy el Norte y sus potencias, plantean sacar a flote al Imperio e impedir que se hunda: volver al sistema de potencia hegemónica del fin de la Rusia soviética y de la china maoísta.
Se trata de un mundo idílico que ya se fue y nunca más volverá. La gira del presidente Xi Jimping a México es parte de los cambios que vive el mundo. En la cena de gala ofrecida por el presidente Peña Nieto al presidente Jimping, le dijo que para México China es un amigo que nos abre las puertas a la región Asia-Pacífico.
Se trata de una nueva fuente externa de crecimiento; es oportunidad para llevar el talento, la creatividad y los productos mexicanos al otro lado del mundo. Peña Nieto insistió en el cambio de paradigma de la relación de México con China, dejar atrás la competencia de nuestros países para alcanzar uno de mayor complementariedad, sinergia y beneficio mutuo.
Ello requiere, insistió, de inteligencia, innovación y decisión política Xi Jinping ofreció trabajar con México para fomentar el desarrollo compartido; y, contribuir a la paz y prosperidad del mundo entero. Siempre vemos a México como un gran amigo y como un gran socio.