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* Otra goleada de Tigres a Rayados ocurrió en el Clásico 74, 6-2 en el Universitario.
* Los felinos repitieron sus partidos ante Atlante, Toluca y Monterrey.
La tarde del 26 de febrero del año 2000, fue inolvidable para Tigres y Rayados, se vivió la mayor humillación de La Pandilla en un Clásico Regiomontano; los albiazules en su casa fueron goleados por el acérrimo rival con marcador de 6-3.
Mientras aficionados de La Pandilla tenían que soportar las burlas por este resultado de la Edición 61 y el técnico Benito Floro simplemente les pedía perdón a los hinchas, el entonces Presidente del equipo, Gilberto Lozano, luchó para que ese partido fuera invalidado, al percatarse que Osmar Donizete había sido registrado ilícitamente con una firma falsa y fue parte de la alineación felina.
En una reunión con los Presidentes de todos los equipos del fútbol mexicano, Lozano solicitó se invalidaran los juegos que Tigres ganó teniendo a Donizete en la cancha; la mayoría lo apoyó, por lo que ese Clásico y otros dos partidos de Tigres se volvieron a jugar; así la humillación rayada quedó borrada, al menos de las estadísticas de ese torneo.
“Nosotros habíamos tenido un espantoso resultado, un partido terrible, de vergüenza indudablemente. Algunos decían, ‘es que eso ya sucedió en la cancha’, pero si tú estás viendo si te quedas en Primera División o te bajas a Segunda, te tienes que aprovechar de lo que te puedas aprovechar”.
“Enrique Fernández, Presidente de Celaya, traía cierto pique con Enrique Borja (Presidente de Tigres), porque ese jugador lo querían los dos equipos, el que perdió en la traída de Donizete dijo ‘cómo es posible que ya lo registraron si todavía estamos negociando’, ahí se dio cuenta que había una firma falsa. Siempre se le echó la culpa a una secretaria”, recordó Lozano en entrevista.
Con la premura del cierre de registros, Tigres recurrió a ese acto ilícito y con Donizete en la alineación, habían logrado triunfos contra Atlante, Toluca y Rayados; los duelos se repitieron y los auriazules vencieron a Potros 1-0 y con Toluca cayó 2-1. El Clásico 61 no se borró de la historia de los duelos norteños, pero en cuestión de reglamento sí fue invalidado; se dio paso a la Edición 62, juego de la Jornada 7 celebrado el 5 de abril del 2000; el resultado fue empate a cero goles.
“Me fajé los pantalones junto con la Directiva. Te puedes imaginar todas la llamadas que recibí de gente de Cemex, el dueño, la accionista, los abogados, todo mundo presionando que ‘¿quién es ese loco que está pidiendo que se suspendan los partidos?, que primero todos somos regiomontanos y mi respuesta fue ‘primero somos Rayados que regiomontanos”.
“Se suspendieron los juegos y todavía Enrique Borja se atreve a dar un partido gratuito, creo que fue el de Toluca en el que regaló la taquilla. ‘A ver qué hace el Presidente de Rayados’, (refiriéndose a lo que cree dijo Enrique Borja), porque el Clásico se iba a repetir en el Tec y yo contesto ‘pues me gustaría que Enrique también regalara la taquilla de Rayados’, porque fue él el culpable. Desde ese día me dejó de saludar Enrique Borja”, apuntó Lozano, consciente que ese punto obtenido con la repetición del Clásico, ayudó a Rayados en la lucha por no descender.