Otra vez la Nueva Jerusalén hace de las suyas con respecto a las escuelas que imparten clases en esa región. Desde el día de ayer la secta religiosa de la Virgen del Rosario, tomó de nuevo, la nueva escuela y decimos nueva porque en el 2012, ellos mismos la destruyeron.
Esta escuela que fue derrumbada por la secta hace unos años, es laica y se encuentra en la periferia de la Nueva Jerusalén, los religiosos, piden se impartan clases con bases a su secta, además de querer imponer a los maestros de dicha escuela y los padres de familia de esa zona simplemente quieren que sus hijos aprendan.
Parece un «Deja vu», esta región, inició con un conflicto religioso en los años 70´s y que se ha mantenido, ha sido el dolor de cabeza de muchos gobernadores y venta de noticias para los medios. Pero el Gobierno nunca ha podido arreglar ni clarificar la situación.
Este tipo de problemas se vuelve intenso en nuestra entidad y la falta de decisión por parte de la autoridad hace que nunca se enderece la problemática, por un lado, lo miembros de la secta de la Virgen del Rosario deben de entender que fuera de su perímetro son diferentes creencias y deben de respetar al resto del pueblo, con sus religión y leyes, y los del resto de la zona deben de entender que la secta tiene sus creencias y punto.
Pero al final de cuentas ninguno de los dos cede y esto tensa la situación, entonces, el Gobierno debe de entrar y solucionar la crisis, pero no lo hace, porque, porque quiere Dialogar y no arreglar.
Una vez un extranjero me dijo; «El día que los Mexicanos Respeten a las autoridades y a las leyes, ese día será un gran País». Tiene toda la razón, todo mundo se brinca las leyes y a las autoridades y eso no es justo para aquellos que si intentan hacer lo correcto, nos guste o no, así son las leyes y se crean para tener armonía y justicia.
Por mucho que se respete y se quiera imponer el diálogo, es importante creer que hay justicia y estado de derecho para todos. En este caso debe haber justicia para los niños, ellos no saben de religión ni les interesa, por lo tanto el gobierno debe solucionar el conflicto de una manera u otra, con «pantalones» y no con diálogo, simplemente con justicia.
