Una manifestación pacífica contra la destrucción de un parque en la capital de Turquía, Estambul, inicio una serie de protestas contra la destrucción de los principios básicos del Islam. Ahora ya hay muertos y la mayoría están en contra del primer ministro. En los últimos años el gobierno de Erdogan ha puesto en marcha una serie de medidas de corte claramente islamista, como segregar a los niños por sexos en los campamentos de verano, las restricciones al consumo de alcohol, o las multas millonarias a varios programas de televisión por “inmorales”.