Tras concluir la primera semana del ciclo escolar 2013-2014, algunos padres de familia se quejan del cobro de cuotas de recuperación, lo que golpea su economía.
“Yo tengo 4 hijos, dos de primaria y dos de preescolar, la cuota es de 150 pesos por niño, así que me gasté 600 pesos en total, a parte de las listas de útiles y uniformes”, comentó el señor Gilberto Guzmán García, padre de familia del municipio de Tingambato.
La misma situación se presenta en las escuelas secundarias, donde las técnicas son quienes cobran una mayor cantidad por alumno.
La señora Alejandra González, madre de familia de la secundaria federal No. 10, indicó que “a nosotros nos cobran 400 pesos de cooperación obligatoria, y si queremos cambiar a nuestro hijo de turno o de salón nos piden mesabancos ya que dicen que la SEP no los provee de equipo necesario para atender a los alumnos y es que muchos padres de familia no tenemos oportunidad de pagar tanto”.
Este tipo de situaciones son comunes en la mayoría de las escuelas públicas del estado, pesé a que en algunas en el transcurso del año escolar les solicitan apoyos para la compra de material o remodelación de las instalaciones.
“En la escuela donde estudian mis nietecitos, no cobran cuotas, solamente avanzado el año nos piden alguna cooperación para material, pero para otra cosa no piden”, aseguró la señora María Guadalupe Diego Rodríguez, de la comunidad de Pichátaro.
Sin embargo en años anteriores los padres de familia no veían reflejado el pago de estas cuotas, fue hasta este ciclo escolar que Don Gilberto Guzmán García, notó el beneficio de su cooperación.
“Este año se hizo la techumbre de un salón de clases, pero otros años, no vemos que se invierta ese dinero”.
Esta situación no se presenta sólo en las escuelas primarias o secundarias, también las de educación preescolar, donde las cuotas son más elevadas.
“A mí me toca pagar 600 pesos de inscripción que me condicionan, luego mes con mes tengo que dar otros 100 pesos, dicen que esto es para comprar útiles escolares, papel de baño y lo que haga falta es la escuela”, comentó la señora Eva Rangel, madre de familia.
Y es que los padres de familia se preguntan “¿en qué bolsillo se queda ese dinero?”.