El gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa, llamó este domingo a desterrar de Michoacán «la maledicencia, la ruindad y la mezquindad».
Pidió en cambio cerrar filas para superar problemas graves como la deuda pública estatal, el crimen organizado y los conflictos sociales que azuzan ciertas instancias políticas.
Vía telefónica, el mandatario estatal dijo saber que el sábado fueron incesantes los rumores que ya no sólo lo enferman, sino que ahora de plano lo mataron.
«Sí, estuve enterado de esos rumores. ¡Qué barbaridad! Tienen cinco años con lo mismo, y no se cansan. Pero las cosas caen por su propio peso. ¿Qué van a decir ahora que me vean trabajando? ¿Qué van a decir este lunes cuando presida la reunión de Gabinete», atajó.
Y soltó:
«Tenemos más o menos ubicado de dónde salen esas falsas informaciones. Yo no quiero meterme más a fondo en este tema, pero sí hacer un llamado a que desterremos de Michoacán la maledicencia, la ruindad y la mezquindad. Michoacán merece respeto».
–También pululó la especie de que se lo llevaron a Houston… muy enfermo…
–Toda la semana estuve trabajando. El martes y el miércoles vi unos asuntos personales. Ahorita estoy saliendo de misa y voy a Trico a comprar unos pollos para comer. Me voy a echar un pollito. Pero además mi pasaporte está vencido, al igual que el de mi esposa Paty. Ya iniciamos los trámites correspondientes.
–¿Qué subyace en los rumores, gobernador?
–Hay que preguntárselo a ellos, a los rumorólogos. Yo estoy trabajando. Sigo trabajando. No he parado. Creo que lo importante, lo que debemos explicarle a la sociedad, es lo que está pasando con los grandes problemas que aquejan al estado, como el de la deuda, el crimen organizado y las movilizaciones sociales.
Abundó:
«El problema de las escuelas normales es de carácter federal, pero nos toman carreteras y autobuses, incentivados por algunos partidos políticos. El asunto de los Telebachilleratos es una verdadera tristeza, un gran engaño. Quieren ciento treinta y tantas plazas que no se les pueden dar. Hay maestros que dan clases a siete, ocho alumnos. Hay duplicidad con el Colegio de Bachilleres. Hay ahí una gran manipulación.
«Y están los otros problemas que deberían de mantenernos unidos, trabajando, cerrando filas, no inmersos en la inmundicia. Cada orden de gobierno debe de asumir sus responsabilidades. Cada actor social y político debe de comprometerse con lo que le toca. Hay que ser muy responsables en estos momentos difíciles que afronta Michoacán»
