MSV.- Andrés Manuel López Obrador acaba de declarar ayer, que nada tiene que ver con el PRD, como queriendo decir que en nada se tienen que atener a él, que bueno, ni en la lucha que por vergüenza sigue corriendo Cuauhtémoc, porque además que sienten que le sacan de la historia a su señor padre, le quitan la “chiche” que todavía le dan por consideraciones al que fuera le hombre del siglo, mismo que le abandera los ideales a la izquierda de México.
Sabedor de la personalidad que como político tiene donde está el mayor número de votos que tiene este país, que al seguir conviviendo todavía con ellos, le quieren y le necesitan, porque le pueden hablar de tu y que como en cambio a Cárdenas ya le ven cara de respeto porque quiere que su figura no desfigure los formatos de seriedad que deben tener los hombres que en vida alcanzar su parte en la historia, que su alejamiento de lo que da las cantidades de sufragios y fuerzas conque conseguirlos, ejercerlos y pelearlos, no tienen presencia de vida y acción. En cambio, los del PRD, donde ya no son mas que una izquierda –no popular-, sino fina que así retiene y conlleva su destino, como fuerza pensante de esa línea, que le fastidia al verdadero necesitado, que tiene que comer tres veces al día; a éste, si no lo odian, ya lo toman como un simple pensador, que tiene simpatizantes, -ni negarlo-, pero pocos frente a los que respaldan para todo intento de luchar y hasta de llevar al poder al famoso político tabasqueño que poco a poco ha ido demostrando que ser honestillo, no es cualquier cosa de la tentación del que fácil quiere tener.
En ciencia electoral, es pues, que el voto de la izquierda lo maneja el Peje y aún cuando el gobierno quiere disminuirle su fuerza por presencia de otros partidos políticos que quiere utilizarlos para pulverizar mayorías y encontrar la forma de pulverizar a desmoronarles cualquiera intención de gobernar, que tengan la gracia de valerse que a una solo voz, voten, protesten y limiten cualquier pretensión que gobierno en el poder pretenda vivir de lo fácil, dejando atrás la realidad: de que toda virtud de llevar a un país a la tranquilidad y al progreso, para quien gobierna debe tener la virtud que no le da goce, sino sacrificio.
Asi es de que el Partido de la revolución Democrática anda otra vez a la deriva, ya que sin López Obrador vale puros “chetos”:que sus pocas simpatías son contadas que a cada rato como le surgen por vivales que ya cuando encuentran como rebasar al que los forma, son en realidad como tribus que por tener el mando, se destruyen los unos con los otros.