“Aquí yace una guerrera y como guerrera murió”, además de anticipar que aún no se va, por más reformas educativas que surjan por ahí y sugieran que el imperio llegó a su fin. Lo que son las cosas.
Uno habría jurado que una vez que la líder sindical dejara este mundo en su tumba diría ‘Viví dos mil 35 mil días y goberné por otros ocho mil 400 mil’, aunque tampoco está exenta de que alguien decida ponerle, una vez que el botox ya no alcance, ‘A mí la AHLNL me hizo los mandados’ o mejor aún ‘Yo siempre metí goles en el campo de béisbol’.
Aún hay tiempo de afinar ese epitafio, no se ve como alguien que viva sus últimos días, pues apenas lleva 68 años en este mundo. La maese Chuqui olvida la historia de cómo llegó o mejor sea dicho, olvida cómo Jongitud prefirió decir ai los dejo pa que viva el mas vivo del mas…