En California de los Estados Unidos desde 1996, se empezaron a poner 1,500 dispensarios médicos, para quien tuviera anorexia, migraña, glaucoma, artritis, cáncer o sida, pudieran pasar por su dosis de marihuana, no al precio de ahora que por 3.5 gramos el precio es de 40 a 56.99 dólares por paquetito.
En ese primer año que se liberó éste estupefaciente y a menos precio, por la venta oficial se recaudaron los 4 y medio millones del billete verde.
La más cara llegó a fundar el slogan de que la mejor marihuana era la aguililla Golden, pero como ahora ya no se dicen marcas o procedencias porque en el mismo país la siembra, que el consumidor ni distingue calidad, porque los efectos son los mismos.
Al empezar su liberación en California, eran 750 mil pacientes, imagínese lo que se puede recaudar en México para atender médicamente a los adictos o usuarios pasivos, que a como se va a vender la dosis Fox Quesada le ve la gran ganancia en caso de que se concesiones su venta.
Por gracia y permiso del vecino que es el que nos manda, aquí tendremos la libertad de consumirla, principalmente para los enfermos de los que registran estar enfermos de la deficiencias de salud ya señaladas, con la ampliación de que se les pudiera poner centros para disfrutarla.
Allá en los Estados Unidos, de los diez y nueve estados que ya les quitaron ese negocio a los narcos, al parecer 17 son con fines médicos y solamente dos que son Colorado y Washington, son por recreación y con el permiso de poder tener en sus casas, hasta 17 macetas sembradas de esa bella flor verde, para consumo personal o familiar, que podrán succionar solamente a 300 metros de cualquier escuela o en algún automotor en movimiento.
Se piensa aquí que si los dispensarios o centros de recreación, no la debe vender cara, porque entonces, es tan barata su producción y tanta la oferta, que el mercado negro podría seguir, porque su comercio deja mucho dinero, al grado que no hay ni narco ni distribuidor que sea pobre, como tampoco el que la siembra, porque esa planta se da en todos los climas, litorales o de alturas que tiene la naturaleza y tiene los mismos efectos, al grado que se puede llegar a que el carrufo la hagan tipo cigarro y en cajetillas muy bien presentadas. Claro, en el mercado negro, porque en el oficial, no se trata de admitir competencia, sino que lo que se obtenga por su venta, sea para fines médicos, ya que qué es mejor para los que se las truenan, que los curen o que los metan a la cárcel y los sentencien por algo que ya es común su consumo y millones que no llegan a ser adictos cuando la consumen con las precauciones debidas, pero es natural que en los medios del intelecto o la farándula, se fuman su carrufo por la mañana y otro por la noche, sin meterle al organismo otra droga o echarle mucho alcohol, que es lo que les convulsiona y les hace perder su personal control.
