La diputada Karla Daniella Villarreal Benassini, advirtió que México ocupa el primer lugar entre los 34 países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en violencia verbal, física, psicológica y social, mejor conocido como bullying entre alumnos de educación básica.
Por ello impulsa una iniciativa de reformas a la Ley General de Educación, para que las autoridades de los tres órdenes de gobierno, en el ámbito de su competencia, fomenten campañas de difusión que transmitan la importancia de una convivencia democrática y libre de violencia en los ámbitos familiar, educativo y comunitario.
Esto, mediante el uso de las tecnologías de la información para fomentar una cultura de la paz en el entorno escolar. Para ello plantea desarrollar modelos de atención integral para las personas receptoras y generadoras de violencia en el entorno escolar.
Consideró necesario crear una red interinstitucional u observatorio sobre convivencia escolar y un programa para la prevención y atención de la violencia.
Señaló que, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, en muchas escuelas en México discriminan a estudiantes de bajos recursos, indígenas, niñas, habitantes del campo, madres adolescentes, así como los que tienen alguna discapacidad o problemas de aprendizaje.
Además, dijo, entre los métodos más practicados en la discriminación entre alumnos está el romper o esconder objetos personales, dejar mensajes escritos, burlarse, poner apodos y hacer amenazas.
«Las conductas agresivas forman parte de un repertorio de aprendizaje en la infancia temprana. Un estudio realizado en Alemania a una población de 228 alumnos, desde la educación elemental hasta la adolescencia, concluyó que los agresores o «bullies» pueden ser reconocidos desde una edad temprana, ya que es fácil observar cómo organizan movimientos en contra de un alumno en particular», explicó.
Asimismo, el estudio refiere que los agresores alcanzan un alto nivel de popularidad en contraposición a lo que sucede con los agredidos, quienes encuentran dificultad para establecer relaciones interpersonales sanas en la edad adulta; con el paso de los años las víctimas también pueden convertirse en agresores, plantea la iniciativa.
«Estos chicos se dan cuenta de que al ser agresivos pueden ser líderes de un grupo; saben cómo humillar a los más débiles y lograr que otros los obedezcan por miedo a ser agredidos».
Precisa que entre los factores que desencadenan este comportamiento esta una estricta disciplina que recibieron en casa, la adicción a programas de TV altamente violentos, la conducta de sus padres y la asistencia a escuelas de tipo militarizado. Algunos maestros también provocan conductas agresivas o dan pie a que ciertos alumnos lo hagan.
Puntualizó que lo se busca es evitar que un niño moleste a otro, así como educarlo con valores como la igualdad y el respeto para así favorecer la empatía y la asertividad a la hora de solucionar conflictos; predicar con el ejemplo.