Coloca centro de mando en PC la SSP…
* Mero anoche la SSP apostó un Centro de mando en Protección Civil, quesque pa’ coordinar los pujidos de los gobiernos estatal y municipal atendiendo así a más de 20 colonias de Morelia afectadas por el tremebundo aguacero.
Primero lo primero, Tláloc en náhuatl quiere decir néctar de la tierra “tlalli, tierra; octli néctar” que se reseña el ciclo vertical del agua desde la evotranspiración en el subsuelo hasta la condensación y la lluvia, o como decimos en la Extra la miadita de Tláloc, eso mero ocasionó que dos féminas del sexo mujer, colgaran los tenis de una muy gacha manera, además del chingo de colonias de la ciudad anegadas, un madral de autos varados y empapados, bardas caídas, personas lesionadas y por si fuera poco en la hermana república de Tarímbaro, reportaron también inundaciones en sus colonias mismas que colindan con las colonias aledañas de Morelia.
Dicen que la Secretaría de Seguridad instaló ayer por la noche un Centro de Mando en las instalaciones de Protección Civil del Municipio a efecto de coordinar los esfuerzos de los gobiernos Estatal y Municipal para dar atención a las 21 colonias de la capital michoacana que tuvieron afectación por las intensas lluvias registradas después de las seis de la tarde, una de las víctimas fue arrastrada por la corriente que bajó con gran fuerza del cerro del Quinceo y la ahogó en una alcantarilla, por lo que en chinga sus parientes la rescataron y se la llevaron sin esperar a que los representantes de la ley hicieran su jale.
La otra víctima en el poniente de la ciudad mero en las faldas del mismo cerro de Quinceo pero por la colonia Ciudad Jardín, toda vez que reportaban la muerte de una joven mujer a quien supuestamente, habían ultrajado, por lo que apañaron al esposo quien aclaro el pedo y es que la mujer de apenas 18 años de nombre Yavina tenía quemaduras de segundo y tercer grado en sus pies y diferentes partes de su cuerpo, se supo al final del chisme que la mujer junto con algunos parientes sufrió la arremetida de un rayo que traspasó las láminas de cartón de su chante, lo anterior por chismes de sus carnales que estaban en el lugar.
