En México, el limón no solo constituye un componente fundamental en la gastronomía, sino que también forma parte de nuestra cultura culinaria, es un apoyo para la salud y representa una fuente de ingresos para numerosas familias productoras. Ya sea en antojitos, aperitivos, remedios caseros o recetas familiares, el limón se encuentra presente a diario en los hogares del país.
Para el año 2024, su consumo alcanzó un notable promedio de 19. 5 kilogramos por persona, cifra que evidencia la fascinación del pueblo mexicano por los sabores cítricos y refrescantes que este fruto añade a la alimentación y a la vida cotidiana.
Un aliado natural para la salud
Además de su sabor distintivo, el limón es célebre por sus características nutricionales. Su elevado contenido de vitamina C, antioxidantes y compuestos naturales lo convierte en un recurso invaluable para reforzar el sistema inmunológico y prevenir afecciones respiratorias, especialmente durante la temporada invernal.
Utilizado en tés, jugos, combinado con miel o incluso como un remedio para aliviar la garganta, el limón se mantiene como uno de los tratamientos tradicionales más accesibles y eficaces.
Producción nacional: Michoacán lidera el cultivo
Según la Dirección General del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (DGSIAP), durante el 2024, México cultivó 3 millones 275 mil 291 toneladas de limón, provenientes de 214 mil 467 hectáreas distribuidas en 28 estados del país.
Las entidades con mayor producción fueron:
Michoacán: 1 millón 004 mil 414 toneladas
Veracruz: 866 mil 862 toneladas
Colima: 315 mil 562 toneladas
Oaxaca: 310 mil 220 toneladas
Tamaulipas: 113 mil 884 toneladas
Estas cifras subrayan la relevancia del limón como motor económico en áreas estratégicas, con Michoacán a la cabeza como el principal productor del país.
Cada gota cuenta: sabor, salud y apoyo al campo
El consumo de limón mexicano no solo representa una opción saludable y sabrosa, sino que también es una forma de respaldar la agricultura nacional, promover la economía de comunidades productoras y valorar el esfuerzo de innumerables familias que se dedican al cultivo de este cítrico.
Su fragancia, frescura y adaptabilidad lo han consolidado como un ingrediente esencial en la cocina mexicana, presente en bebidas, sopas, ensaladas, postres, frutas y salsas, así como en la medicina tradicional.



