Es necesario retomar los principios zapatistas para hacer producir al campo y para ello se requiere destinar mayor inversión pública, por lo menos en la misma magnitud a la que se invierte en seguridad. Una decisión como ésta ayudaría en forma considerable a mejorar la seguridad como parte de una estrategia integral, ya que fortaleciendo al campo y generando trabajo, se combate de fondo una de las causas de la inseguridad en el país y en Michoacán, señaló Fidel Calderón Torreblanca, Coordinador del Grupo Parlamentario del PRD en el Congreso del Estado, en el marco del 95 Aniversario Luctuoso del General Revolucionario.
Puntualizó que el recrudecimiento de la pobreza en el campo mexicano y michoacano, obedece a que los gobiernos de la República en turno, desde hace 30 años, han implementado una política agropecuaria sin compromiso con los campesinos; por ello, se requiere rescatar el modelo basado en los principios zapatistas, con el propósito de mejorar las condiciones de vida de millones de personas que trabajan en el campo.
El legislador local reiteró que es necesario un proyecto para el campo que contemple la inversión pública suficiente para hacerlo productivo y rentable. Un proyecto que tenga compromiso claro con nuestros campesinos para concretar las aspiraciones de tierra y libertad de Zapata.
Hoy con el proyecto privatizador del gobierno federal y con las modificaciones constitucionales al artículo 27 de la Carta Magna, se pone en riesgo nuevamente la posesión de la tierra y el acceso al agua por parte de los campesinos, por los alcances que tendrán los contratos y concesiones que se pretender otorgar a las empresas nacionales e internacionales para la explotación de los hidrocarburos.
Calderón Torreblanca manifestó que por muchos años no se han destinado los recursos públicos necesarios para reactivar el campo en el país, porque se prefirió basar el suministro de alimentos para los mexicanos en un sistema de importaciones de maíz, carne, leche y huevo, entre otros productos, lo que sin duda es un error, porque se pierden trabajos, se acrecienta la dependencia alimentaria, se favorece la migración y el abandono del campo y, la balanza comercial se inclina en contra de México.
Es un modelo que atenta en forma directa contra la economía y el trabajo de los campesinos, pero de manera más amplia daña a todos los mexicanos y los michoacanos, porque genera pobreza, encarecimiento y escasez de alimentos ya que estamos a expensas de la especulación a nivel mundial.
Explicó que los productores mexicanos participan en una competencia desleal, ya que en el país vecino del norte se destinan grandes subsidios al campo con el propósito de hacerlo rentable para sus productores. En Michoacán y en el país un campesino sin subsidios compite en condiciones desfavorables contra los precios de productos agrícolas importados.