MSV. Pasos y comunicaciones de un gobierno, son estrictamente jubilados más por maldad que por beneficio; la comparación que el gobernador hace respecto a que nuestra seguridad es superior a otros estados circundantes, es porque ni modo que hable de realidades que efectivamente nos tiene bajo su control, al rebasar a mandos oficiales que en muchos casos han llegado a controlar.
Ser gobernador no es cualquier “papita”, sabe uno y se hace en estado consciente y que no se debe hacer, pero autoacusarse y decir no vengan porque estamos en peligro permanente, es crear camino para ser considerado, puede decirse, buen funcionario, pero un pésimo político. Menos mal que a Fausto solamente y a tiempo reconoció que no le ofendía que le dijeran que era un barbero con el gobierno Federal, porque de esa manera atraía beneficios para la entidad, pues ni modo que dependencia que no se ponía a mano la insultara.
Lo que hay que hacer, es no dejar de entender, que no solamente piden y gastan los gobernadores, sino que algunas veces que no “alcanza”, tienen que mendigar y hasta ingeniársela como trabajaba Arriaga Rivera, para que funcionario que lograba que nos visitara fuera bien halagado y se pusiera “güapo” con alguna obra extra y en ocasiones, majestuosa que demostraba su agradecimiento de los tiempos que “hervía” la pólvora en las armas de la consecución revolucionaria tal como Agustín Olachea que en Coeneo lo curaron de heridas y lo escondieron para no ser molestado hasta estar completamente curado.
Por cierto que este Gral. Olachea, hizo a muchos jovencitos, egresados del Pentatlón Universitario, a que se interesaran cuando estuvo al frente del PRI nacional como su presidente y él fue quien hizo el Estadio Venustiano Carranza, échese ese trompo a la uña.
Asi es que todo esto motiva a recordar que una vez, siendo tan buen orador José Servando, se tuvo que equivocar de un discurso leído, con tal de que Bribiesca, hechura de Echeverría, luciera en el interior de Palacio Clavijero.