Hasta la fecha las escuelas que tienen a los antorchos como sus defensoras, no han tenido clases; si acaso dos de ellas han logrado que sus profes les de en las calles algunos días, pero en la mayoría, ni las padres de familia se arriesgan a que sus hijos vayan a salir con algún golpe o arrastrón.
Tanto la Isaac Arriaga como las otras tres que ya conocemos, están en las mismas condiciones, aunque los maestros asisten a cumplir con su jornada de trabajo, pero no hay quien que les indique adelante y como siempre.
Por parte de las autoridades educativas, nada se dice y del sindicato en dominio, menos. Todo se lo dejan a la intromisión de los antorchos, que son ajenos para andar valiéndose de lectividades para poder resolver algo que no dicen, como tampoco a quien se las han planteado.