Deportes – Grupo Diario de Morelia
Hace apenas cuatro días Oribe Peralta era el jugador más querido en todo México. Pero en Querétaro fue uno de los más abucheados y más odiados por la afición de los Gallos Blancos.
Ya sin la camiseta de la Selección Mexicana y enfundado en la del Club Santos Laguna, el “Cepillo” se convirtió en el enemigo público número uno de los seguidores queretanos, que desde su llegada al Estadio La Corregidora no lo dejaron de presionar.
“Vete Oribe aquí no sirves”, “no vas hacer nada hoy”, “eres malo Oribe, sólo sirves con la Selección”, le gritaron algunos aficionados que se postraron a las afueras de la zona por donde llegan los autobuses de los equipos.
El delantero, con audífonos puestos, bajó del camión y se dirigió al vestidor visitante sin hacer caso a los gritos.
Durante el juego, el atacanta lagunero continuó siendo el principal blanco de las rechiflas por parte de la afición local y más cuando al minuto 12 se lució con un pase de taquito para Darwin Quintero, quien controló la pelota y sacó un disparo que colocó en el ángulo de la portería de Edgar Hernández para abrir el marcador.
El nivel por el que atraviesa Oribe Peralta, el cual reflejó con goles en su participación con el Tri que obtuvo el boleto al Mundial Brasil 2014, provocó que los aficionados de los Gallos Blancos lo dejaran de ver como un héroe y, en el partido de ida de los Cuartos de Final, lo vieran más como el enemigo número uno de Querétaro.