Sin duda alguna, el PRI está agonizando y con tanta pendejada y tantas prácticas poco serias, lo están matando lentamente. La cantidad de miembros y militantes del partido que tuvo el poder por más de 70 años está desapareciendo. Como mencionára Ciro Gómez, ¿dónde están todas las vacas sagradas del último gobierno?, ¿dónde están todos aquellos militantes que vivieron robando durante años y que no saben ser agradecido con el partido que los hizo ricos?.
El PRI, necesita tocar fondo para mejorar y con la elección pasada solamente lograron hundirla más, Alito fue una jugada de MALO, que supo destruir al partido que más odia, al partido al que nunca pudo convencer para que lo hiciera líder. Y ahora, ahí están las consecuencias, es un partido desmembrado, un partido humillado, un partido que se le está yendo el oxigeno con sus militantes. Peña Nieto, Beltrones, Gamboa, no aparecen, están escondidos, no pueden dar la cara y eso está ocasionando que no se encuentre un control entre sus militantes, hace que no se marque un camino y todo mundo haga lo que le plazca.
Parece que le va a pasar el síndrome del PRD y va a terminar siendo partido de algunos estados solamente, cosa que veo difícil, pero posible. Mientras sigan luchando por el poder que no existe seguirán perdiendo.
Pero las cosas es Michoacán no son iguales para el partido, este se ve fuerte y con la salida de prisión de Jesús Reyna se ve muy fortalecido, la alianza ente Silva y Chucho, lo hace poderoso, lo único que falta es que los Orihuela se den cuenta que ya no son nadie y que con cada patada de ahogado pierden poder. La culpa obviamente de Eduardo Orihuela que no se da cuenta que los padrinos que tenía su padre ya no existen y que su poder dentro del partido a nivel nacional ya no sirve, lo que debería de hacer es, trabajar, crear estructuras y dejarse de humillar al intentar quebrar a los fuertes del Estado. No entiendo Lalo, es muy inteligente, yo no se si sepa que el partido está perdiendo fuerza de una forma muy rápida y que no debería estar peleando peleas que no puede ganar, el necesita abrir los ojos y darse cuenta que no hay quién lo apoye, menos los peñistas, los castillistas y otros que en algún tiempo fueron los hombres más poderosos del país y del Estado.