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*Los goles de la victoria fueron obra de Miguel Herrera y Diego de Buen
*Orbelín Pineda descontó para los Gallos Blancos, pero fue insuficiente
La presión por sumar dos derrotas en el arranque del Clausura 2015 ameritaba y obligaba a no fallar esta noche en casa. Y apoyados por la poca eficiencia frente a la portería de los Gallos Blancos, los Tuzos registraron su primera victoria del torneo, misma que se convirtió en un respiro para el técnico, Diego Alonso.
Con dos goles precedidos de dos fallas increíbles del cuadro queretano, Pachuca se apuntó sus primeros tres puntos de la temporada, en un partido dinámico, vistoso, intenso, de llegadas en ambas porterías y que superó, por mucho, todas las expectativas.
La visita no se preocupó por dominar la pelota. Se la cedió a los de casa, que comenzaron a controlar el juego con llegadas por las bandas a velocidad pero con poca certeza en los centros.
Los Gallos, con poco tiempo de posición pero con más inteligencia e imaginación a la hora de atacar, generaron las dos jugadas más claras de gol. Sin embargo pagaron cara la falta de contundencia.
Primero un cabezazo, sin marca, de Patricio Rubio a la altura del punto penal que terminó en las manos de Óscar Pérez. Dos minutos después, en un tiro de esquina, el conjunto hidalguense encontró el tanto para irse adelante en el marcador.
Segundo, otro cabezazo, esta vez de Danilinho, se fue apenas desviado de la portería del “Conejo”. Un minuto más tarde, Diego de Buen puso el segundo tanto en la cuenta con un disparo raso pegado al poste izquierdo del guardameta brasileño, Tiago Volpi.
Fue hasta la parte complementaria que Querétaro comenzó a meter presión gracias a un gol, con cierta dosis de fortuna, al minuto 63 de Orbelín Pineda. En una jugada personal, el volante visitante sacó un disparo de fuera del área, el cual fue desviado por la zaga local impidiendo de Pérez pudiera hacer algo para impedir su trayecto hacia la portería.
El nerviosismo comenzó a tomar las tribunas pero más el área técnica, donde Diego Alonso manoteaba y pedía a sus jugadores más concentración en las jugadas.
Ignacio Ambriz, en el intento por empatar, arriesgo, regaló espacios y mandó a su equipo al ataque, sin embargo ya no le alcanzó el tiempo para emparejar el marcador y se tuvo que ir con las manos vacías. Dejando de paso un tanque se oxigenó para el conjunto hidalguense.