Una buena corrida en conjunto de Victoriano del Río, y en especial el bravo quinto toro, puso el triunfo en bandeja a la terna de ayer en San Fermín, aunque sólo Iván Fandiño logró sacarle jugo y cortarle tres generosas orejas que le abrieron la Puerta Grande de la Monumental de Pamplona. Pregonada en el encierro como peligrosa por aumentar la lista de heridos en los centros médicos, la corrida de Victoriano del Río fue simplemente brava, con todo lo que el adjetivo implica. Y además lo fue donde tenía que demostrarlo: en la arena de la plaza de toros y no en el adoquinado de las calles pamplonesas.