MSV.- Así como comprobaremos que solamente antes éramos los mejores en el norte de América para el fútbol, así también seremos testigos que saber dar ánimos, es el estímulo que les servirá a nuestros deportistas para que cuando menos no jueguen con el temor a ser despreciado en caso de perder.
El hecho de que la selección nacional debe salir a divertirse y anotar goles, es mucho respaldo a una realidad que habíamos olvidado, porque en fin, se trata de un encuentro deportivo, del cual, aunque sea de panzazo, comercialmente los dueños de esta concesión deportiva, puedan traerse de Brasil 750 millones de dólares, incluyendo aquí lo que se gana en publicidad y deportivamente, la satisfacción de esa curiosidad que es ver cuando menos algunos encuentros futboleros con varios países.
El juego con Nueva Zelanda donde según los de esa patria, ese tiempo de acción será un infierno, atinadamente en boca del Piejo, lo pone en una fiesta de competir, de hacer los mejores dribles para comprobarse que frente a lo técnico y fuerza con que se practica este deporte en países de ese continente, que satisface, pero sin la alegría de ver burlar la potencia física, como en los tiempos de cuando les pusieron a nuestros seleccionados, los ratones verdes.
México ya ha obtenido campeonatos mundiales, pero de menores de edad a la que portan los deportistas maduros, pero como no se les ha dado continuación como la unidad o compañerismo que en otros lugares los desarrollan, que esperamos que con esta novedad de enfrentar conociéndose entre si sus cualidades, les sirva para saber ayudarse y hacer fiesta de goles, que es lo que se espera y completarnos de esperanza, porque cuando menos aquí como lo ofrece su entrenador, porque como acusan todos, siempre el respaldo de una afición entregada, se crea doble entusiasmo para hacer brillar sus despliegues y combinarse.
Así como a los mexicanos nos acusan de baquetones, qué bueno que el juego es hoy a las dos treinta del medio día, que de lo contrario fuera en jueves o viernes, acostumbrados a los puentes, que no faltaría, como se dice en días de esta clase de acciones, con alegría y borrachera, ¡salud! porque se gana y si se pierde, lo mismo, pero por la tristeza de que nos parten el honor, que se toman un día para descansar la descansada.
Las actividades de mañana terminan pues, a la una de la tarde y por la tarde será el comentario de cómo, las declaraciones de Mena Vucetich que hizo ayer: “lo que aprendimos fue que México ya no es el mejor”, que va a crecer nuestro coraje y a mejorar, que son nuestros deseos.
Y así, como estamos de pie en la fiesta, no la abandonaremos, pensando en que si así se anima hoy a los jugadores, dándoles la libertad de que pongan en práctica todos sus recursos para que lucir, pero que sirvan, de tal manera que como va a ser así, imagínese si ganara, el fiestononononón que vamos a tener cuando venga Nueva Zelanda a cumplir con la jornada del famoso juego de ida y vuelta.
