Iban a comprar chelas pa’ seguir pistiando…
* A los acompañantes de la mujeres que piropeo el morro de oficio albañil, no les gustó el bato y le dieron cuando menos tres plomazos que le quitaron la vida.
Lo bueno dentro de lo malo es que el batillo no les agarró las tepalguanas porque si no lo matan dos veces, gacha la calavera del morro que a tiros fue asesinado, cuentan los chismes oficiales que un ebrio albañil llegó al estacionamiento de la tienda Extra ubicada sobre la avenida Madero Poniente, frente a la colonia Niño Artillero, en el lugar se presume se armó la discutidera que sostuvo con los acompañantes de dos muchachas a quienes piropeó -ojo- no les pidió la nachas solo las piropeo según trascendió en el sitio del crimen, el cual ocurrió durante la madrugada de este domingo, trágico para el morro que se dedicaba a la construcción.
Se supo por medio de los chismes de un tío del ahora dijuntito, que
fue testículo digo testigo ocular de los hechos, bueno él comentó a las autoridades que los asesinos eran cinco tipos, quienes huyeron a bordo de un auto Tsuru, siguió chismeando que momentos antes del homicidio, él y su sobrino de nombre Juan Carlos Santillán de apenas 28 años de edad, acudieron al referido changarro para comprar cerveza ya que le estaban libando como los meros maestros, pero en ese preciso momento también llegaron los citados individuos con dos jovencitas de muy buen ver y mejor tentar digo muy guapas las mujeres, explicó que Juan comenzó a chulearlas.
Comportamiento que encabronó a los hombres desconocidos, quienes le reclamaron, entonces se registró una riña y los tipos le dispararon con una pistola calibre .22 milímetros, luego escaparon en el mencionado automotor, en chinga los elementos de la Fuerza Ciudadana del Sector República fueron alertados de la situación, por lo que rápidamente se presentaron en la comentada área y al ver casi agonizante a Juan Carlos solicitaron una ambulancia que minutos después llegó, pero los paramédicos al revisar a Santillán, chismearon que ya no tenía signos vitales, al lugar llegó el agente del monasterio público quien dio fe del dijuntito.
