Dicen que el alcohol y el volante no se llevan que por eso ha habido un chingo de accidentes, pues les platico que el sexo y el volante tampoco se llevan y pa’ muestra un botón, nuestra corresponsal en Monclova, Coahuila “nachapronta” nos contó que un bato de nombre Carmelo de 52 años, se metió a una cantina a aventarse unos alipuses, en dicha cantina se encontró con José Humberto al que le dicen de cariño “pepebeto” de 53 años a quien por cierto le gusta el arroz con popote, es decir le truena la reversa, se apersonaron y comenzaron a pistiar tranquilamente hasta que salieron del antro mero cuando pepebeto le dijo a Carmelo.
Que si le echaba un raid a lo que el siniestro Carmelo urdiendo un malévolo plan le dijo que sí, pero ya en el transcurso del viaje al wey de Carmelo se le antojo cobrarle el favor a pepebeto a quien con el rabillo del ojo veía como extasiado, al fin le dijo Carmelo a pepebeto, “bájate a los chescos”, nel dijo pepebeto lo que encabronó a Carmelo quien ya elucubraba el condenadote, si no te bajas al agua te voy a madrear y de todas maneras lo harás, pepebeto cabizbajo se agachó, se mojó los labios y ase avoco al grande problema -me dijo el primo de un amigo- en esas estaban, uno con los ojos pizpiretos y el otro con su tutsi pop tratando de sacarle el chicle cuando.
Al fin de un rato al wey de Ramón el chofer se le pusieron los ojos en blanco a tal grado que perdió el control de la nave -yéndose literalmente- a estampar al muro de contención y luego contra una camioneta que estaba estacionado del lado opuesto por donde circulaban los amantes ocasionales, en el recuento de los daños las dos camionetas quedaron harto madreadas mientras que los amantes, uno está lesionado de la cara y brazos mientras que el otro milagrosamente solo salió lesionado de la boca, dicen que se andaba “ogando”, quien sube dijo el de los caballitos, lo que sí es cierto es que si chupa no maneje y si maneja no se deje chupar por la bruja.