MSV.- No es porque cuando se iba a vender la casa de gobierno o la presa de Nueva Italia alguien recibió enganche que la modestia le gana al nuevo gobernador, sino que , así como no habrá sueldo para un Secretario de su Gobierno y personal de confianza, que por primera vez en la historia, dos empleados que dependen de la misma dependencia se encargan de ella –como se decía y no se creía-, que no creara gastos extras como también presunciones del cambio residencial; que es algo que valora una conducta de respeto y entendimiento que se trata de servir, no de dar las resultas de la ambición tradicional en esta lid, de que a lo hecho, pecho.
El licenciado Carlos Gálvez hizo secretario de su gobierno a Roberto Ruiz del Río sin ser abogado, nomás otorgándole el nombramiento de encargado del despacho o como Cuauhtémoc Cárdenas que hizo a Cristóbal lo mismo a sabiendas que no poseía el título, nombramientos que se otorgan, porque cada gobierno impone el estilo con el que más resultados obtiene, que al fin, el electo porta la voluntad del pueblo, como los diputados, que integran nuestro congreso, porque fueron votados de la misma manera, que deciden y coinciden, como otros que se oponen, aunque luego se rajan, doblándose doblándose en explicaciones.
Los dos subsecretarios de gobierno, uno abogado Rubén Pérez Gallardo y Cano Ochoa militar, solamente amplían sus responsabilidades, el primero de ser Enlace del Poder Ejecutivo con el Legislativo y el segundo, de ser Secretario de Gobernación con otra tarea que complementa la relación directa y abierta, con quienes movilizan la propia y la de otros, las muy naturales inquietudes. Como lo que va a lograr Reyna, contener el derecho de querer tener a todos los que en su vida, se la han jugado por sus diferentes posiciones que ha logrado, ya que ahora está bajo el compromiso de cumplir indicaciones que fueron formuladas con antelación, por el licenciado Fausto Vallejo Figueroa que por quien se votó para ser gobernador constitucional.
Queda uno pues estupefacto de ver que quien gobierna ahora, pareciera que su proceder es más para ganar simpatías, que para restarle condiciones a su futuro. Que todo puede ser…
Si ya se comprueba que las leyes nos rigen, pero el pueblo es el que manda.