A los políticos no les interesa tener austeridad y mucho menos responsabilidad en la forma cómo se gasta el dinero público, a fin de cuentas no es suyo, ellos no lo ganaron y no lo sudaron, por lo tanto les ale madre. Si tienen un límite, darán lo que sea por llegar a él, sin ver si vale la pena el gasto, el chiste es acabarse el presupuesto, pero después vienen los problemas, la inflación, la falta de pagos, las quiebras de las empresas porque nunca recibieron el pago de los servicios ofrecidos y todo por se gastaron el dinero de una forma tonta y sin un plan definido.
Vean los proyectos inútiles del presidentito, vean cómo le faltó dinero a Silvano para terminar de pagar sus compromisos, vean como se batalla para que la federación mande un poco más, en fin, es un problema de nunca acabar.
Les escribo esto, porque vi un comentario en una de la redes sociales cuando anunciaron que regresaba la campaña y logotipo de turismo que se usó en tiempo de Fausto Vallejo, con Roberto Monroy, «Michoacán, el Alma de México», y aunque me parece un gran logotipo y y una gran marca que nunca se debió haber cambiado, o se debió haber abandonado y seguir con la que el gobierno anterior dejó.
Lo he escrito muchas veces, porque llegan nuevas administraciones a destruir lo que la anterior logró, como esta campaña, con implantar nuevos logotipos, nuevos “slogans”, imprimir nueva papelería, bordar nuevas camisas con nuevos formas, nuevas etiquetas para los vehículos públicos.
Deberíamos ser más responsables, en otros países esto no pasa, se usa el escudo de la ciudad, del estado, de la nación y nada más no cambia cada 3 años como los presidentes municipales o diputados locales, ni tampoco cambia cada 6 años como los gobernadores o presidencia federal, se sigue con una misma norma, un mismo dibujo, una misma línea.
Esta tiradera de dinero debe cambiar, el Estado y los municipios no están para gastar en esto cada 3 o 6 años, ni tampoco para implementar políticas que está totalmente probadas por que a los que llegan no les gusta o porque quieren imponer su marca. Escribiendo eso, pasa lo mismo con las obras, con los programas sociales, como pasó con el nuevo aeropuerto, como pasó con el programa solidaridad, y todo porque al inepto de palacios quiere dejar su nombre en la historia, cuando lo único que dejado en una mala imagen.
Esto es corrupción, porque con este dinero pueden ellos hacer sus negocios, usted cree que la impresión de camisetas, papelería, etiquetas no vana ser asignadas a amigos del partido, o usted no cree que los morenos no están haciendo negocio con los terrenos alrededor de aeropuerto de Santa Lucía. Todo esto es corrupción y para empezar el peje no la paro, no es austero, y ni tampoco administrado, como tampoco lo es el nuevo gobernador que llegando empezó a hacer su desmadre, claro como todos sus antecesores, pero lo hizo.
