El kilometro 16 de la carretera que comunica a las poblaciones de El Carrizo con la Cofradía es el punto que marca el avance de los grupos de autodefensa, en ese lugar del municipio de Parácuaro se dio el último enfrentamiento, entre civiles armados y comandos al servicio del crimen organizado, del cual la Secretaría de Gobernación hasta la tarde de este miércoles no tenía registro.
Una huerta de limón, que presuntamente se encontraba bajo el poder del grupo de Los Caballeros Templarios, fue arrebatada por los grupos de autodefensa tras más de dos horas de tiroteo la tarde del pasado martes. De la balacera los comunitarios reportan entre ellos dos heridos leves y sin que tampoco exista registro presumen al menos dos muertos del bando contrario, cuando éstos se replegaron al cerro, del cual se divisa el camino hacia el municipio de Tumbiscatío.
Tras 24 horas de que se suscitó el enfrentamiento en la carretera que lleva a La Cofradía, los grupos de autodefensa instalaron dos barricadas, que este miércoles tuvieron que ser bordeadas por las columnas de militares y Policía Federal que realizaban patrullajes por el camino de dos carriles que es flanqueado por huertas de limón y mango.
En el rancho que marca la avanzada de los grupos de autodefensa, en dirección a Tumbiscatío, decenas de camionetas con la leyenda de policía comunitario resguardaban el exterior, en los accesos de lo que es la zona donde se empaca limón, hombres armados montan guardia mientras otros descansan o se dedican limpiar sus armas.
Todo empezó como a las tres de la tarde, narró un miembro de las autodefensas a los periodistas, mientras recoge los casquillos de bronce que luego venderá por kilo, pide que no le tomen fotos ni le pregunten su nombre a cambio de contar los que un día antes vivió.
“Legamos y nos empezaron a retar por nuestros radios, mientras se escuchaban disparos de cuerno de chivo, de repente cuando los fuimos replegando hacia el cerro, como a trescientos metros se escuchó el estruendo de dos cincuentas – fusiles Barret- y desde los matorrales nos empezaron a rafaguear, yo creo que era como cuarenta”, dice el miliciano que no pasa de los 30 años.
Por los radios que tienen en su poder los autodefensas continua el reto de quienes se dicen son Templarios: “Somos como setenta, estamos acá todos en el cerro, todos vivitos y coleando”, dice la voz de un hombre que se intercala con otra aguda que llama a los autodefensa para que se internen en busca de ellos.
Este miércoles, en el mismo camino por el que ayer avanzaban las camionetas de los grupos de autodefensa, arriban varios convoyes de militares y policías federales conformados por hasta 20 unidades para tomar el control de este punto.