Karla Rosales, al centro, un bailarina del circo de los hermanos Fuentes Gasca, lleva un canto durante una protesta contra la legislación aprobada que prohíbe el uso de animales en los circos en la Ciudad de México. Los artistas de circo temen que sin sus animales no sobrevivirán porque creen que la gente no va a querer venir sólo para ver a los payasos, los acróbatas y trapecistas.