Quienes no somos simpatizadores de Manuel López Obrador, muchos hasta ven como justificación que lo rechacen escupiéndole, como también a presidentes les pasa, porque en lo que ofertan o dicen, no cae bien por completo a todos, pero lo que sí es de tomarse en cuenta, es que de los presidentes de la república, tienen el respaldo que de nuestra Constitución se entiende como constitucionalidad que portan, que lo traducíamos a una respetabilidad porque es nuestro mandatario que legalmente elegimos y los candidatos solamente andan buscando ganarse el voto. Le escuchan los de su partido y por curiosidad los que son de los otros o como independientes el resto por curiosidad, de ahí que resulten mayores incidencias en su contra; los más, que son los que los llevan por paga, porque que algo les van a dar o porque pudieran perder su trabajo o algún objeto que poseen gracias a un gobierno.
De manera que eso es normal que no todo sea amor; debe tomarse como un simple descuido de los que trabajan cuidando al hombre que constitucionalmente anda trabajando o anda buscándose ganar un mendo gubernamental. No es esto un calificativo de conveniencia en la información que se difusa, ya que los mismos medios saben que publicarlo aún con veracidad real, van formando pequeños estímulos que pueden hacer causa de rechazo a lo que es legal, que un Presidente como Peña Nieto informe lo que se hace o lo que pretende hacer el gobierno que él dirige.
Además, no es ofender decir que todos los órganos de información, si no les paga algo el gobierno, no viven y los que andan luchando por ser, solamente ofrecen corresponder si su causa triunfa.