M. Sánchez Vargas. No solamente se pudo quedar cojo el hijo del charro cantor Vicente “chente” Fernández, sino morir si no se alcanza a operar de la pierna, que fue donde su mejor mascotita lo mordió, claro, sin saber que portaba el cólera. Se trata del “potrillo” Alejandro Fernández que no le dio importancia a la escisión que en la rodilla derecha le causó la mascota que más acariciaba.
Por este caso tan excepcional, quedan advertidos todos los que tienen mascotas en sus casas, que no tienen precaución en llevar al veterinario siquiera una vez cada mes a que los revise ese profesional de los animales, principalmente o casi todos los que tienen contacto con los humanos, pero principalmente los que viven dentro de los hogares y que hasta la cama de los niños se suben a jugar con ellos.
El caso es que perros y gatos, hasta su casitas y colchonetas les ponen y sus dueños los bañan con los mismos perfumados champú que personalmente ellos utilizan para su aseo, casi casi haciéndolos familia, porque donde van los dueños o los hijos de los dueños, van ellos con sus sillitas en el auto para que vayan viendo al exterior.
De tal manera que de la familia del charro cantor más cotizado de México y que todavía no se despide a la vida privada, Vicente Fernández, tiene en dos de sus hijos, uno sin un dedo que le mocharon los que lo secuestraron a Vicente Jr. para confirmar que lo tenían vivo en su poder y ahora Alejandro, que también el muy cotizado cantor y artista que llegó a filmar la película de Emiliano Zapata, por poco y se queda cojo o muere si se tarda en atenderse de la caricia bucal que le dio su mascota preferida.
